¿ y ahora que, Morante?
MADRID. LAS VENTAS
Redacción Pablo Ramos
Tarde histórica la vivida hoy en la plaza de Las Ventas en la que Morante de la Puebla corto las dos orejas del cuarto de la tarde, firmando una de las faenas de su vida en Madrid y tras ello se fue al centro del ruedo y se corto la coleta ante el llanto de la plaza que no daba crédito, gloria eterna a los toreros de época. Robleño por su parte realizo una gran faena al quinto que pincho perdiendo la puerta grande y el premio quedo en una única oreja de un buen toro de Garcigrande , tras esto sus hijos le cortaron la coleta y fue sacado a hombros por la puerta de cuadrillas . Por su parte Sergio Rodríguez que confirmo alternativa fue en mero espectador de una tarde histórica y fue ovacionado en el toro de la confirmación de alternativa .
El toro de la confirmación de alternativa de Sergio Rodríguez fue a un toro serio y con poco cuello de nombre » Saleroso » negro de capa del hierro de Garcigrande. Lo recibió el confirmante con decisión con el capote aunque el viento molesto en el vuelo de este. Se le picó poco en el caballo intentando guardar la fuerza del toro. Brindo el toro Rodríguez a su apoderado Leandro Marcos y comenzó una faena en la que obligó al toro de inicio por bajo al pitón derecho. Limpia faena en la que destacaron los naturales ya avanzado la labor , lentos y templados, el toro se paró en algunos muletazos a medio trazo y Sergio Rodríguez lo aguanto con valor y firmeza . Antes de matar ya con la espada dio una tanda de naturales dando el pecho en la que el toro dio sus últimas embestidas. Estocada desprendida y atravesada de buena ejecución ante la que toro doblo tras el aviso. Ovación tras aviso
El segundo toro de Garcigrande fue un toro castaño , grande , cinqueño de nombre Postinero herrado con el número 57 al que recibió a la verónica Morante , el público receptivo canto las verónicas aunque hubo algún enganchón , quito por el mismo palo Morante al toro del caballo y Fernando Robleño actuó en su turno de quite también por verónicas. El inicio de faena de Morante tras brindar a Ayuso, presidenta de la comunidad de Madrid, fue bello con doblones por bajo muy flamencos. El toro en las siguientes tandas no quiso desplazarse hacia delante y el lucimiento fue dificultoso . El maestro de la Puebla abrevió aunque no estuvo del todo acertado con la espada. Silencio
El que hizo tercero fue un toro colorado de Garcigrande de nombre » Chaparrito» herrado con el número 53 . El toro se dejó pegar en el caballo y en la faena de muleta Fernando Robleño estuvo bien con el toro , siempre intentando tirar de el hacia delante , alargando el muletazo , el toro no tuvo la clase y el brío que está plaza exige para que las faenas lleguen a los tendidos , aún así Robleño no se cansó de intentarlo con un toro cada vez mas desentendido. Fallo con la espada y fue silenciado.
Con una tijerilla de rodillas saludó Morante al cuarto, hondo y bajo. Después de un lance muy “achelenado”, con la pierna flexionada, le ligó dos chicuelinas garbosas y apretadas a la par y a la tercera, el toro, que por el pitón zurdo venía vencido, lo volteó de modo espeluznante. Quedó Morante boca arriba, inerte, y de esa guisa iniciaron las cuadrillas el traslado a la enfermería. Recuperó el torero consciencia y verticalidad antes de entrar en el callejón, y luego de un breve receso en el tercio de varas volvió a la cara del toro. Con las secuelas visibles de la cogida y sobre todo de la caída, Morante brindó a Santiago Abascal y se puso a torear totalmente abandonado, como dormido, con una lentitud y una languidez acongojantes, porque se le vio cogido en cada embroque, sobre todo por el pitón izquierdo. Faena vivida con una pasión y emotividad indescifrables, y rematada de una estocada en lo alto que tiró al toro son puntilla. La plaza rompió en un clamor y el presidente se vio obligado a conceder las dos orejas, tras una vuelta al ruedo triunfal Morante se fue por ultima vez al centro del ruedo, solo, sin nadie a su alrededor se quito la coleta el mismo, rompiendo a llorar desconsolado y las lagrimas invadieron también los tendidos en un momento histórico.
La corrida siguió con el público aún tratando de digerir lo vivido en la última media hora. Tanto que pasaron desapercibidos los primeros tercios del quinto, toro serio y muy bien hecho, al que Robleño realizó un gran quite por chicuelinas que volvió a meter a la gente en la corrida. Saludó Iván García tras dos pares soberanos, de los mejores de la temporada. El toro fue el soñado para una despedida, porque tuvo clase, calidad y dulzura. Y Robleño lo toreó como pocas veces ha podido, con las ganaderías que le ha tocado brear. Hubo relajo y composición con la mano diestra, vertical naturalidad con la mano zurda, y un cierre a dos manos con aires sureños. Cobró un pinchazo antes de la estocada final y el premio se redujo a una oreja que paseó jubiloso el torero De San Fernando de Henares antes de que sus hijos más allá del tercio, le desprendieran el añadido. Oreja.
Muy grande el sexto, con alzada, reunido de sienes. Sergio Rodríguez lo saludó de rodillas en el tercio pero como se le quedó debajo, al tercer lance tuvo que ponerse de pie. Bien picado por Héctor Piña, el toro llegó a la muleta con nobleza y calidad, pero transmitiendo poco. Sergio Rodríguez, que también brindó a Díaz Ayuso, se encajó de riñones, relajó el trazo, y consiguió muletazos de muy buena composición, pero como el toro no transmitía se contemplaron con frialdad desde el tendido. Tampoco los naturales de cierre, igualmente bien descritos, llegaron. Con una estocada baja puso fin al espectáculo.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Las Ventas. Última de la Feria de Otoño. Corrida de la Hispanidad. No hay billetes.
Toros de Garcigrande, de diferentes hechuras y comportamiento. La mayoría tuvieron nobleza pero medido fondo. El cuarto se movió por dentro. El quinto, de gran clase y calidad, fue el mejor.
Morante de la Puebla, de lila y oro: silencio y dos orejas.
Fernando Robleño, de grana y oro: silencio y oreja.
Sergio Rodríguez, que confirmaba alternativa, de blanco y oro: ovación tras aviso y silencio.
Galería Pablo Ramos










































































































































