Manuel Diosleguarde reaparece con triunfo en Guijuelo

GUIJURL

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El diestro salmantino Manuel Diosleguarde ha reaparecido esta tarde con un triunfo rotundo en la plaza de Guijuelo (Salamanca), 238 días después de su grave cogida en Cuéllar, y ha cortado tres orejas, las mismas que Morante de la Puebla, mientras que Emilio de Justo cortó dos con el mejor lote.

El diestro salmantino Manuel Diosleguarde ha reaparecido esta tarde con un triunfo rotundo en la plaza de Guijuelo (Salamanca), 238 días después de su grave cogida en Cuéllar, y ha cortado tres orejas, las mismas que Morante de la Puebla, mientras que Emilio de Justo cortó dos con el mejor lote.

Con una atronadora y cariñosa ovación fue recibido Diosleguarde tras finalizar el paseíllo, que espantó posibles fantasmas, enfundándose el mismo terno grana y oro de aquella fatídica tarde de Cuéllar. Toda una declaración de intenciones.

En el tercero de la tarde “Olvidado” se estiró a la verónica sin cata previa. Muy emotivo resultó el brindis a la cirujana Marta Pérez que le salvó la vida aquel 28 de agosto en Cuéllar.

Diosleguarde firmó una buena actuación iniciada de rodillas en las tablas, trasteo presidido por el temple y la ligazón aprovechando la noble condición del animal, como todo el encierro de los Murubes de Capea. En el tramo final cuando las embestidas languidecían, muy valiente, se metió literalmente entre los pitones, antes de la suerte suprema.

Con el que cerraba festejo se ajustó en el quite por chicuelinas rematado con vistosidad. Trazo y largo y mano baja en los muletazos de Diosleguarde sobre la diestra, el toro se aburrió pronto, saliendo distraído a la salida de los muletazos.

El salmantino le puso fibra ante la deslucida condición del animal, sin volver nunca la cara el joven diestro, dejó unos circulares invertidos en la tablas con el toro rajado, antes de dejar un espadazo para rematar una tarde de feliz vuelta a los ruedos.

Morante tardó en confiarse con el primero de la tarde, que tuvo buen aire y recorrido por el derecho en una faena de menos a más. Se inventó literalmente la faena en el cuarto, un animal claudicante, nadie daba un duro por aquello, el de la Puebla consiguió mantenerlo en pie, firmando algunos pasajes preciosos con su particular tauromaquia.

Brindó Emilio de Justo la faena del segundo a Manuel Diosleguarde, le molestó el viento, faena de largo metraje, con un toro que sacó mucho fondo y había peleado bien en varas, en sus dos encuentros, abusó de la voz el extremeño, faena con altibajos en la que hubo momentos de excesiva rigidez y otros más relajados, templado y ligado con la diestra. De alta nota los naturales a pies juntos de broche, con una trincherilla de cartel de toros. Se atascó con la cruceta.

En el quinto lanceó cadencioso a la verónica, ganando terreno a cada lance, abrochando con una preciosa media en la boca de riego. Muy toreros los ayudados por bajo en la apertura de un trasteo de planta firme y encajada, nuevamente se ayudó de la voz, se lo dejó venir de lejos al animal, que embestía con franqueza y transmisión. Abrochó la faena al igual que la inició, por ayudados, pero en esta ocasión por alto

Se han lidiado toros de Capea, con volumen y remate, justos de presencia por delante, bravos nobles y manejables, escasos de fuerza algunos , destacando el segundo de gran fondo premiado con la vuelta al ruedo y el quinto con mayor raza y empuje.

Morante de la Puebla (Obispo y oro): Estocada habilidosa (oreja); y estocada tras pinchazo (dos orejas).

Emilio de Justo (Tabaco y oro): Estocada atravesada y cinco descabellos (oreja tras aviso); estocada casi entera y tendida tras pinchazo (oreja).

Manuel Diosleguarde (Grana y oro): Estocada casi entera y tendida (dos orejas); Estocada tendida (oreja tras aviso).

La plaza se ha llenado en una tarde primaveral con ligera brisa.

La corrida comenzó con quince minutos de retraso.

AGENCIA EFE

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