La experiencia y la capacidad de Antonio Ferrera para conectar marcaron la diferencia en Badajoz
Antonio Ferrera se llevó de calle la tarde con una actuación completa, torera, con variedad, entrega y conexión con el público. Talavante se fue de vacío con un lote imposible, mientras que Emilio de Justo volvió a dejar su sello con una actuación muy por encima del material que le tocó.
Antonio Ferrera, Alejandro Talavante y Emilio de Justo hacían el paseíllo en un cartel con sabor extremeño y expectación por ver a tres toreros con conceptos distintos frente al encaste Santa Coloma. Siendo Ferrera el triunfador de la tarde al cortar un total de tres orejas y saliendo a hombros del Coso de Pardaleras.
Antonio Ferrera: el sabor del oficio y la entrega del torero total
Ferrera abrió la tarde con un saludo a la verónica de buen trazo. Se mostró vibrante en banderillas, como es habitual en él, firmando un tercio que levantó al público. El toro, con movilidad por el derecho, permitió a Ferrera hilvanar muletazos largos y templados. Por el izquierdo, el animal se venía más corto, menos franco. Con un toro que acabó rajado, Ferrera acertó con una estocada tras un pinchazo. Oreja.
En su segundo, el extremeño se lució de capa con dos largas cambiadas y verónicas muy sentidas. Protagonizó un gesto inusual: mandó bajar al picador de su cuadrilla y tomó él mismo el castigo, dejando al toro apenas señalado. El tercio de banderillas fue variado y espectacular, en la línea del Ferrera artista. En los medios, inició faena con la diestra, templando mucho y pasándoselo cerca. Con la zurda hubo estética, aunque con menos hondura. La estocada, recibiendo desde quince metros, fue de premio grande. El toro rodó sin puntilla y el público, de pie, coreó “¡Torero, torero!”. Dos orejas y salida a hombros.
Alejandro Talavante: voluntad sin recompensa
Talavante no tuvo suerte en su lote. Su primero ya acusó debilidad desde los compases iniciales. Lo recibió por bajo, y el tercio de varas fue largo y desordenado. Con la muleta, el toro se vino pronto abajo, aunque dejó ver calidad. Talavante impuso su mando y estética en una faena por encima de su oponente, que terminó rajado. Pinchazo, estocada y descabello. Silencio.
En el quinto, nada que hacer. El toro salió parado, deslucido, sin emplearse ni ofrecer una sola embestida con emoción. Talavante expuso, buscó por ambas manos, pero se estrelló contra la nada. Una tarde sin opciones para el de Badajoz. Silencio tras labor insistente.
Emilio de Justo: firmeza, torería y entrega
Emilio de Justo saludó al primero de su lote con verónicas de compás cerrado, muy toreras. El toro, justo de fuerzas y escaso por el derecho, fue llevado a los medios donde Emilio inició faena de rodillas, sacándolo con gusto. Por la derecha armó una faena de nota, aprovechando las embestidas con mando. Por la izquierda la labor fue más trabajosa, pero sacó muletazos de mérito. Dos pinchazos y estocada. Saludos desde el tercio.
En el que cerraba plaza —y la feria—, De Justo volvió a estirarse a la verónica. La faena se encontró pronto con la condición huidiza del toro, que pronto buscó tablas. Aun así, Emilio lo sujetó con poder y temple, firmando una actuación seria, con mucha entrega. Las fuerzas del astado limitaron su lucimiento, pero el torero lo intentó por ambos lados. Pinchazo y estocada. Ovación.
Plaza de toros de Badajoz, (2ª). 2ª de la Feria de San Juan 2025. Toros de La Quinta: desiguales de presentación y de juego dispar, con algunos ejemplares con calidad pero de escasa fuerza, y otros, simplemente sin opciones.
Antonio Ferrera: oreja y dos orejas.
Alejandro Talavante: silencio en ambos.
Emilio de Justo: saludos y ovación.
Crónica y Galería Fotográfica: Ismael Rodríguez.