Los toros de Daniel Ruiz fueron los grandes protagonistas de la «Corrida por la Igualdad» celebrada hoy, miércoles, en Motilla del Palancar, uno de ellos fue indultado por Esaú Fernández, que salió a hombros junto al venezolano Jesús Enrique Colombo y el mayoral de la ganadería.
La anunciada como «Corrida por la Igualdad» celebrada en Motilla del Palancar reunió, sin duda, un variopinto cartel, que incluía toreros y toreras, a caballo y a pie. El festejo se prolongó durante tres horas y cuarto, y como nota destacada hay que apuntar que hubo toros que embistieron maravillosamente bien.
El primer astado -el único novillo de la tarde- saltó al ruedo a las seis y veinticinco minutos, es decir, casi media hora después del supuesto inicio del paseíllo y durante su lidia, Sonia Matías, veterana rejoneadora portuguesa, tampoco mostró demasiada prisa por agilizar su labor, que resultó muy desigual en cuanto a solvencia y brillantez a la hora de clavar banderillas.
También se eternizó a la hora de matar, llegando a acabar con el utrero uno de los auxiliadores con el descabello, y con la rejoneadora en el patio de caballos desentendiéndose del final de su oponente. Es de justicia señalar la gran calidad del de Daniel Ruiz.
El segundo salió cuando quedaban dos minutos para las siete de la tarde. Frente a él, Mari Paz Vega anduvo digna -por el pitón derecho fundamentalmente- aunque sin exceso de confianza con un ejemplar encastado que no ofreció dificultades notables.
El tercero fue un toro pitorrito, poco ofensivo de pitones, que resultó extraordinario, y al que Esaú Fernández cuajó con mando, poder y limpieza en series copiosas de trazo muy largo. No fue una faena de exquisiteces y sí muy extensa.
Tras una intensa petición por parte del público, el toro, de nombre Duque, número 42, de noviembre de 2014, fue premiado con el indulto. El toro, por cierto, fue brindado por Esaú al propio ganadero.
El rejoneador Juan Manuel Munera emborronó con el rejón de muerte una entonada actuación a un toro escurrido de carnes. Destacó montando a Arrebato.
El quinto fue una máquina de embestir, con bravura enclasada, yéndose hasta el final con emoción en sus acometidas. Mejor incluso que el indultado, si bien éste no tuvo delante una muleta tan mandona y bien manejada como la de Esaú Fernández.
La torera colombiana ahuecó la figura con frecuencia y no exprimió en plenitud al gran toro de Daniel Ruiz, al que recetó media estocada muy deficiente. A Juguetón, que así se llamaba el ejemplar albaceteño, ni se le dio la vuelta al ruedo. En este caso fue el toro el que no tuvo suerte.
El trasteo de Colombo al noble y rajadito sexto deambulaba por la senda de la voluntad y variedad del torero venezolano, después de banderillearlo con espectacularidad, cuando el torero decidió entrar a matar sin muleta, dejando una gran estocada entera arriba, y cerrando de manera peculiar un festejo que, por duración y composición, no lo fue menos.
FICHA DEL FESTEJO
Un novillo (primero) y cinco toros de Daniel Ruiz. De presencia justa, y alguno, como el cuarto, demasiado escurrido y avacado. El tercero, de nombre Duque, número 42, fue indultado. El quinto, de nombre Juguetón, fue igualmente sensacional. Muy manejables el resto.
- La rejoneadora Sonia Matías: silencio tras dos avisos.
- Mari Paz Vega: silencio tras aviso.
- Esaú Fernández: dos orejas y rabo simbólicos.
- El rejoneador Juan Manuel Munera: silencio.
- Rocío Morelli: oreja.
- Jesús Enrique Colombo: dos orejas.
La plaza registró casi media entrada en los tendidos.
AGENCIA EFE