Tarde rotunda del torero, que cortó tres orejas en la segunda de Cuvillo
Roca Rey ha logrado abrir por primera vez en su carrera la Puerta del Príncipe, uno de los grandes sueños del diestro peruano y uno de los grandes triunfos que aún se le resistían. Lo logró a golpe cantado, mostrándose rotundo y muy por encima de los dos toros de su lote, a los que cortó tres orejas, el premio necesario para lograr la máxima gloria en Sevilla. Sus compañeros de cartel no pudieron puntuar en esta segunda corrida de Núñez del Cuvillo a pesar de que Manzanares estuvo muy centrado en sus dos toros y de que Urdiales dejó destellos sueltos de su calidad.
FICHA:
Se lidiaron toros de Nuñez del Cuvillo, bien presentados y de juego variado.
Diego Urdiales, silencio y silencio.
Manzanares, silencio y silencio tras aviso.
Roca Rey, oreja y dos orejas.
Destacaron en banderillas Viruta y Antonio Chacón, que se desmonteraron, llegando a sonar la música para este último.
COMENTARIO:
Diego Urdiales dio lances estimables en el primero de la tarde, un toro que a pesar de ser cuidado en el caballo llegó sin fuerza y defendiéndose a la muleta. Quedó claro pronto que no era apto para Urdiales, que tras probarlo y comprobar que se quedaba debajo, abrevió y mató de estocada efectiva. Silencio.
Urdiales salió decidido con el capote en el cuarto. Brindó al público y comenzó la faena entre las rayas, aprovechando las primeras embestidas del toro para dejar un derechazo excelente. Cambió a la zurda y el toro mostró por ahí su aspereza y agotó su acometividad. Intentó de nuevo por el lado derecho sin obtener resultado. Mató de estocada al segundo intento.
Molestado por el viento, Manzanares no pudo torear con el capote al segundo de la tarde. Picó bien Paco María y salió al quite Roca Rey, que dio chicuelinas apretadisimas. Manzanares luchó contra las rachas de viento y ligó tres series diestras que fueron creando ambiente. Probó al natural pero era imposible por el viento. Volvió a la derecha y logró ligar una última serie de mérito. Falló con la espada.
Manzanares planteó la faena al quinto por el lado izquierdo y consiguió hilvanar muletazos excelentes al natural. Con la derecha ligó una serie e hizo sonar la música. Cuando volvió a torear al natural el toro no se lo puso fácil e incluso le sorprendió con un tremendo arreón. Tuvo complicación este Cuvillo al que Manzanares supo aprovechar, perdiendo un posible triunfo con la espada y el descabello.
Tampoco pudo lucir Roca Rey con el capote en el tercero de la tarde por la molestia del viento. Se jugó el tipo Viruta y saludó en banderillas. Roca Rey brindó a Dª Carmen Canorea y planteó una faena de superioridad absoluta desde el primer momento, sobresaliendo en el toreo al natural. Tragó mucho con un toro que no venía metido al que consintió hasta dominarlo. Acortó distancia en el tramo final de la faena y mató de gran estocada. Le fue concedida la primera oreja de la tarde.
El sexto se volvió al revés y no se empleó en el capote, de modo que Roca Rey no pudo lucirse. Picó bien José Manuel Quinta y Antonio Chacón clavó dos soberbios pares, levantando al público en sus asientos y haciendo sonar la música. Roca Rey comenzó la faena de muleta de rodillas y cambiando al toro por la espalda en dos ocasiones. La plaza reaccionó: podía pasar algo grande. Roca Rey se encargó de que así fuera en una faena muy bien estructurada que fue a más, terminando con dos soberbias series diestras de mano baja, gran profundidad y limpio trazo. Roca fue siempre superior a un toro importante, pero que no perdonaba errores. Supo buscarle el fondo y lo encontró. Fue un triunfo a golpe cantado que amarró yéndose a morir detrás de la espada. Cortó las dos orejas que necesitaba para saborear la máxima gloria de Sevilla.