Luis David Adame, Alejandro Fermín y Cristian Pérez tocaron pelo ante los astados de El Vellosino y Alcurrucén en la clasificatoria de la Copa Chenel.
Abrió la tarde Colombino, de El Vellosino, serio por delante, al que recibió Luis David Adame con una larga cambiada de rodillas y un ramillete de verónicas, muy templadas, abrochadas con una buena media. El toro apuntó desde entonces buena condición, y un tranco suave, síntoma de su falta de fuerza. Quiso llevarlo al caballo con un galleo por chicuelinas, pero el toro hizo hilo hacia el caballo y el picador hizo lo propio. Tras un vistoso quite por gallosinas, puso banderillas. Concretamente, tres pares de dentro a fuera, algo a toro pasado. Inició la faena de forma espectacular, citando desde los medios y sacándose al toro por la espalda. El toro, algo falto de raza, tuvo mucha clase por ambos pitones, especialmente por el izquierdo, extraordinario, con más recorrido. Adame aprovechó la calidad del toro con series ligadas templadas por ambos pitones, pero sin terminar de embraguetarse y ajustarse con él. La faena no terminó de redondearse. Cortó una oreja tras una estocada tendida al encuentro, ligeramente caída.
Al cuarto, un Alcurrucén muy en el tipo de la casa, de manos cortas, con mucho cuerpo, hondo y ligeramente ensillado, lo recibió con unas cordobinas con la rodilla flexionada. Tras el encuentro con el caballo, donde cumplió, Adame le hizo un quite por verónicas, demostrando el toro cierta falta de recorrido en su embestida. Las primeras series de la faena, con la derecha, tuvieron cierta ligazón, pero poca transmisión por la embestida algo corta del toro. Le costaba más ir hasta el final por el izquierdo. Pese a ello, lo más destacado de la faena fue un puñado de naturales a pies juntos, tras unos muletazos redondos por el derecho que tuvieron cierto calado en los tendidos. Mató de una media estocada delantera y baja, y tres descabellos.
Alejandro Fermín recibió a su primero a porta gayola, y le propinó un ramillete de vibrantes verónicas con el toro recién salido. Al toro, de buenas hechuras, lo picaron poco, a causa probablemente de su falta de fuerza. Posteriormente, Fermín le hizo unas chicuelinas ajustadas. La faena tuvo como base un conjunto de series ligadas, aunque al toro le faltaba acometividad. Tenía buen embroque y era obediente, pero salía con la cara a su aire. Alejandro Fermín le dio muerte con una estocada caída y muy tendida, y cuatro descabellos.
Al quinto, demasiado terciado, se lo sacó a los medios por verónicas, y tras el paso por el caballo, le hizo un quite compuesto por dos saltilleras, una tafallera y una revolera. No se desplazaba mal el toro, pero su embestida era muy rebrincada, con genio. Esta condición marcó en gran medida la faena, que alcanzó sus cotas más altas cuando Fermín interpretó que debía tragarle para esperarle con la muleta ligeramente retrasada en el suelo para que el toro embistiese con profundidad por el pitón derecho. De esta forma, logró dos grandes series, de muletazos largos y por abajo, una de ellas en el tramo final de la faena. Ambas tandas fueron los mejores momentos de una faena irregular, como irregulares fueron las embestidas del de El Vellosino, con tendencia a acostarse. Tras un final por manoletinas ajustadas, dejó una media estocada tendida, que fue escupida, y una estocada baja.
También se fue a toriles Cristian Pérez para recibir al tercero de la tarde, un toro grandón y bastito. Sin abandonar los medios, muy valiente, dejó varias chicuelinas. Tras un puyazo trasero, en el que el toro apenas se empleó, y un buen tercio de banderillas, comenzó la faena sacándose al toro con unos doblones. El toro, que no humilló, obedecía a los cites, lo que permitió a Cristian Pérez armar varias series ligadas por ambos pitones. Si bien es cierto que tuvo el toro mejor estilo por el izquierdo, su embestida era corta, salía con la cara por arriba. Cerró su actuación con un arrimón muy meritorio y con varias bernadinas. Pese a tirarse muy recto, pinchó dos veces, para terminar con una estocada algo trasera y tendida.
El último de la tarde fue un Alcurrucén de buenas hechuras, con cuerpo, y cómodo de cara, al igual que sus dos hermanos. Hizo cosas feas en el capote. No se empleó en el caballo, y le pegaron en exceso. Cristian Pérez lo colocó para que entrara una vez más al peto, el toro acometió con prontitud y fue bien cogido por el picador. Se le dio un desafortunado tercer puyazo en contraquerencia tras un desorden de la lidia. Tras sacárselo a las medios, Pérez estuvo muy firme y le pegó varias series con la mano derecha, embistiendo el toro con carbón y velocidad, pero sin demasiado estilo. Reservón, fue a menos, y desapreció su acometividad inicial. Comenzó a embestir sin entrega, saliendo con la cara a su aire. Acabó la faena con un puñado de bernadinas ajutadas y con la mejor estocada de la tarde. Cortó una oreja, tras fuerte petición de la segunda.
FICHA DEL FESTEJO:
Plaza de toros de Cercedilla. Fase clasificatoria de la Copa Chenel. Toros de El Vellosino (1º, 3º y 5º) Alcurrucén (2º, 4º y 6º) para:
Luis David Adame, oreja y ovación.
Alejandro Fermín, ovación y oreja.
Cristian Pérez, vuelta al ruedo y oreja (tras fuerte petición de la segunda).
TEXTO: Diego Cano (Tauromaquia Joven)
FOTOS: El Rey Toro