David López e Ismael Martín abren la puerta grande en una tarde marcada por la poca seriedad y rigor
Envió a Moralzarzal Antonio Palla una novillada pareja y de hechuras armónicas, pero justa de presentación y pobre de cara, que contrastó con la seriedad de los novillos que suelen lidiarse en este pueblo de la sierra de Madrid.
El primer novillo de la tarde fue recibido por David López por verónicas, en las que el animal embistió sin demasiada clase y entrega, quedándose poco a poco más corto, lo que le impidió estirarse para torearlo a gusto. Derribó al caballo en un puyazo muy breve, que sí logró aumentar algo su humillación a partir de entonces. Comenzó la faena David López sacándose al novillo al tercio con muletazos aliviados por arriba. Con poca fuerza, recorrido y transmisión, no tuvo el novillo mala condición por el pitón derecho, aprovechado por el novillero al torearlo con suavidad y buena composición de la figura. Por el pitón izquierdo le costaba un mundo pasar, protestaba mucho. No logró el novillero conectar con los tendidos en ningún momento de la faena. Tampoco en el final por manoletinas. Tras un pinchazo mató al novillo con una estocada trasera y caída.
Al tercero, que fue picado en contraquerencia por un desajuste en la lidia, comenzó a torearlo David López con la muleta por doblones, saliéndose con él hacia el tercio. Lo poco que, a nivel artístico, pudo obtener el novillero fue con la mano derecha, pues el animal, sin mucho de nada, se dejaba. Sin embargo, tampoco tuvo opción con este por el izquierdo. Tras un final con molinetes y algún ayudado por alto, dio muerte al novillo con una estocada ligeramente caída, tirándose recto. Cortó dos orejas.
Ismael Martín comenzó su tarde recibiendo al segundo novillo con dos largas cambiadas de rodillas. En una salida más alegre, fue bien recibido por el novillero a la verónica, templadas. Tras un bonito galleo por chicuelinas, se le propinó un puyazo en buen sitio, y el novillo se dejó pegar. Animó Ismael Martín su actuación ocupándose él mismo de poner banderillas, lo que hizo con facilidad y acierto. Llegó el novillo flojo y parado a la faena. Con la muleta, comenzó a torear con la mano derecha utilizando el pico de la muleta, dada la escasa fuerza del animal. Además, al novillo le faltó recorrido, especialmente por el izquierdo, lo que impuso la necesidad continua de perder pasos. Pese al empeño del novillero, la falta de raza del animal le impidió transmitir a los tendidos. Se pegó un arrimón, y el novillo le dio varios sustos. Tras ello, mató de una estocada entera, arriba pero algo trasera, y se le concedieron dos orejas.
Al cuarto y último de la tarde, lo toreó muy bien a la verónica, primero con la rodilla en tierra y luego estirado. Fue este cuarto el que mejor juego ofreció en los primeros tercios. Recibió un puyazo defectuoso y fue banderilleado por Ismael Martín, con el mismo acierto que en su primero. Los doblones con los que comenzó la faena fueron templados y de buen trazo. El novillo, con más movilidad que los tres primeros, comenzó a hacer amagos de salir rajado de las series, hasta que finalmente se fue a tablas. Con la mano derecha sí logró Martín cierta ligazón, pero por el izquierdo se quedaba el novillo muy dormido y corto. Tras un pinchazo agarrado en buen sitio, terminó matando al animal con el descabello, y cortó una oreja.
La abultada entrega de trofeos contrastó con el pobre contenido artístico de la novillada.
FICHA DEL FESTEJO:
Plaza de toros de Moralzarzal (Madrid). Un tercio de entrada. Novillos de Antonio Palla, justos de presentación y de juego pobre.
David López, ovación y dos orejas.
Ismael Martín, dos orejas y una oreja.
Crónica escrita por Diego Cano.