La calidad de Aguado silencia Las Ventas tras un mes de gritos y barullo

Pablo Aguado Madrid 16 de junio de 2019

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La suprema calidad del toreo del sevillano Pablo Aguado, que solo pudo matar al toro que le acabó hiriendo de gravedad, impuso por fin en Las Ventas un unánime y absoluto silencio de expectación y respeto tras treinta y tres días de feria plagados de gritos y barullo en los tendidos.

Un silencio que, esta vez, se rompía solo con los rotundos olés y las ovaciones que provocaron los brillantes momentos que alcanzó una faena de precisión ante el escaso fondo y emoción de un toro que acabó infiriendo a Aguado una grave cornada al entrar a matar, por lo que dejó el resto de la tarde en un insípido mano a mano entre El Fandi y López Simón.

Y es que lo más brillante de la corrida, además de los dos vibrantes primeros tercios que provocó el bravo sexto toro, fue lo que llevó a cabo este nuevo matador que está recuperando las más clásicas esencias del toreo sevillano, y que, tras su destacado paso, aun sin trofeos, en e inicio de la feria, consiguió colocar el último “no hay billetes” del abono.

No fue ese tercer toro que lidió uno de los mejores de la buena corrida de Santiago Domecq, pues, aunque noble, tuvo un celo muy medido ante las telas de Aguado, aunque este aprovechara ese mínimo resquicio para dejar una larga muestra de su gran calidad artística.

En esa lista de momentos deslumbrantes están un bello quite por chicuelinas en el aire de Paco Camino, un suavísimo inicio de faena, con un cambio de mano por delante que fue pura orfebrería y un pase del desdén de lánguido temple, una entregada serie de derechazos firmada con una honda trinchera, un cierre de largos ayudados por bajo y aún un postre de cuatro aromáticos naturales de frente.

Entre serie y serie de la sabrosa y medida faena de Aguado, la plaza entera se sumía en un silencio abisal, impropio e irreconocible en un recinto que llevaba todo un largo mes convertido en un delirante guirigay de gritos destemplados y vivas a las instituciones, más propio de una calle de bares que de la que se dice la primera plaza del mundo.

Pero el toreo, el buen toreo, tiene esos poderes con las masas, como demostró el sevillano antes de cometer el único, y costoso, error de su trasteo: entrar a matar en la suerte natural y, por tanto, dándole las afueras a un toro que ya apretaba hacia los adentros. De ahí la cornada, grave, y la desilusión de quienes fueron a verle a él, la mayoría y que se quedaron de nuevo en silencio, por la decepción.

Y también con la miel en los labios, ya que Aguado no pudo lidiar ese sexto toro de brava calidad que, después de protagonizar un gran tercio de varas -derribó aparatosamente en la segunda de las tres fuertes entradas al caballo- y de entregarse por completo al gran espectáculo de El Fandi con las banderillas, se desfondó por completo ante la muleta del granadino.

El resto de la corrida también fue todo silencio, porque el público apenas reaccionó, sin encontrar tampoco motivos, al faenar monótono y desajustado de López Simón con sus dos buenos toros, comoo tampoco al de El Fandi, que desaprovechó la clase del primero y se desenvolvió mejor con el cuarto, a la postre, el astado menos lucido del buen encierro gaditano.

FICHA DEL FESTEJO:

santiago domecqSeis toros de Santiago Domecq, de buena y fina presencia, aunque desiguales de hechuras y cuajo. Primero, segundo y sexto dieron muy buen juego, aunque el último acabó desfondado tras protagonizar un gran tercio de varas. El resto, con menos raza, aunque también manejables.

  • El Fandi, de carmelita y oro: estocada trasera atravesada (silencio); estocada delantera tendida (silencio); dos pinchazos y estocada desprendida (palmas), en el que mató por Aguado.
  • López Simón, de azul noche y oro: metisaca bajo y estocada desprendida (silencio tras aviso); pinchazo y estocada (silencio).
  • Pablo Aguado, de sangre de toro y oro: pinchazo, estocada perpendicular y cinco descabellos (ovación tras dos avisos). Resultó herido en el primer pinchazo, y fue intervenido en la enfermería de una cornada, de pronóstico grave, en el “tercio superior cara anterior del muslo derecho con dos trayectorias: una hacia arriba y afuera de 15 cms. y otra hacia atrás de 10 cms. que lesiona músculos sartorio, recto anterior y crural. Presenta también erosión en región frontal”.

Entre las cuadrillas, destacó la brega de José Antonio Carretero y el gran tercio de varas ejecutado por Manuel José Bernal en el sexto.

Corrida de la Asociación de la Prensa, fuera del abono de San Isidro. Último festejo del serial, con cartel de “no hay billetes” (23.624 espectadores), en tarde calurosa.

Agencia EFE, Foto Víctor Luengo

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