Dos orejas para Escribano y una para El Cid y De Justo en una interesante corrida de Victorino Martín

SEVILLA CORRIDA DE VICTORINO

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El quinto de la tarde, ‘Patatero’, fue premiado con la vuelta al ruedo 

Casi tres horas de corrida pero ningún motivo para el aburrimiento en esta intensa sexta corrida del abono en Sevilla. Los toros de Victorino mantuvieron el interés de principio a fin, conformando un lote de nota que fue aprovechado por la terna para apuntarse un importante triunfo. Fue Escribano quien cortó las dos orejas al quinto de la tarde, el toro ‘Patatero’ que fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre. El Cid rayó a gran altura, sobresaliendo en el toreo al natural en su lote en la que era su reaparición, mientras que Emilio de Justo fue todo entrega y talento en sus dos toros, que le colocaron en puertas de un gran triunfo. Ambos cortaron una oreja en una tarde de emociones.

FICHA:

VICTORINO MARTINSe lidiaron toros de Victorino Martín, bien presentados. Buena e interesante corrida en conjunto. Sobresalieron tercero, cuarto y quinto, toro número 69 Patatero, cárdeno de 505 kilos, que fue premiado con la vuelta al ruedo.

El Cid, vuelta al ruedo y oreja.
Manuel Escribano, ovación y dos orejas tras aviso.
Emilio de Justo, oreja y ovación tras aviso.

COMENTARIO:

El Cid fue recibido con una cariñosa ovación por la afición de Sevilla en su vuelta a los ruedos. El torero de Salteras estuvo muy suelto y templado de capa en este primero de la tarde. Con la muleta abrió al toro y empezó directamente al natural, sin probaturas y templando. En la segunda serie por ese pitón el toro se orientó más y no humilló. Cambió a la derecha y tragó para ligar dos series a más. Sonó la música y dio otra serie más por ese lado a pesar de la nula humillación del toro. Siguieron dos series al natural y un bonito final de faena que crearon ambiente de triunfo. La estocada quedó trasera y tuvo que descabellar, lo que le impidió tocar pelo.

Muy pegajoso y corto el cuarto en el capote de El Cid, que se limitó a sacarlo a las afueras con oficio. Lipi arriesgó mucho en banderillas y saludó montera en mano. El Cid volvió a comenzar la faena al natural y dio una primera serie excelente. La segunda fue superior en temple y profundidad. Intercaló una serie diestra en la que el toro se frenó más y volvió a la zurda para dar naturales excelentes. Sevilla se reencontró con la zurda del de Salteras. Todavía dio una tanda con el toro más agotado ya y mató de estocada, cortando una oreja.

El segundo de la tarde humilló pero buscó mucho de salida. Escribano no pudo lucir ahí pero sí en el tercio de banderillas, donde clavó tres buenos pares. En la muleta el toro buscó los tobillos del torero, revolviéndose con saña. Escribano lo intentó por los dos pitones a pesar del enorme peligro y puso el corazón de la plaza en un puño. A base de oficio logró robarle dos series con la derecha de enorme mérito. Mató de estocada trasera.

Escribano se fue a portagayola en el quinto, toreando bien a la verónica tras reponerse de un desarme. También brilló con las banderillas. Este toro embestía muy despacio, andando, y Escribano lo templó primero al natural logrando muletazos lentos y después con la derecha. Tres series por ese lado de toreo al ralentí marcaron la cumbre de la faena. Escribano estuvo a gusto y disfrutó de la embestida del ‘victorino’ en una faena rotunda y despaciosa. Mató de estocada y fue premiado con las dos orejas. También el toro fue premiado con la vuelta al ruedo.

Emilio de Justo toreó bien de capa, con la rodilla flexionada, al tercero, que se desplazó bien de salida. Tuvo el bonito detalle de brindar al El Cid y vio pronto el buen pitón izquierdo del toro, dejando una primera serie profunda y una segunda de largo trazo también. Por el lado derecho el toro se quedó más corto y limitó la labor del torero, que volvió a calentar con la zurda. Mató de buena estocada y cortó una oreja.

El sexto fue protestado por falta de fuerza, pero no fue devuelto y resultó ser un toro áspero y complicado al que Emilio de Justo plantó cara con decisión. En el comienzo la faena fue una pelea en toda regla en la que el torero salió vencedor logrando meter al toro en la muleta y darle muletazos templados tragando mucho y siendo siempre muy superior al de Victorino. Pinchó en dos ocasiones y esto le apartó de redondear su triunfo.

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