Oreja por coleta en la primera semifinal de la Copa Chenel

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Reparto de trofeos para la terna en una tarde marcada por el pobre juego del ganado en la que sobresalió el toreo con la mano izquierda de Víctor Hernández

De Concha y Sierra fue el primer toro de la tarde, cerrado de cara pero serio, algo aleonado. Luis David Adame lo recibió con un puñado de verónicas templadas en las que el toro no se desplazó mal, especialmente por el pitón derecho. Se le propinó un puyazo breve en buen sitio, tras ser llevado por Adame con un galleo por chicuelinas. A continuación, le recetó un quite variado por gaoneras y tafalleras, rematado con una revolera. En los medios, inició la faena con dos series por el pitón derecho, en las que el toro, si bien tenía humillación y se desplazaba, tenía tendencia puntear, lo que dificultaba limpiar el muletazo. Por el izquierdo, el toro se dejó pero soltaba más la cara. Meritorio Adame, logrando la limpieza en las series. Terminó la faena con una tanda con la derecha en la que el obtuvo los muletazos de mayor calidad, y con un puñado de manoletinas. Tras un pinchazo, mató al toro con una estocada en buen sitio. Se le dieron palmas al animal en el arrastre.

El cuarto de la tarde tenía la divisa de Ana Romero. Serio, rematado, muy bonito de hechuras y abierto de cara, fue ovacionado de salida. Comenzó Luis David Adame a torear por verónicas rodilla en tierra, muy cerrado en tablas, y fue cogido. Presentó el toro problemas de coordinación, lo que hizo incierta y complicada su lidia en los primeros tercios, en los que el toro, además, perdió las manos en varias ocasiones. Muy flojo, embistió durante la faena de forma descompuesta y rebrincada. La faena de Adame, que tuvo un acorte progresivo de las distancias, comenzó con dos series limpias y templadas con la mano derecha, con toques firmes para fijar las inciertas y desclasadas embestidas del animal. El toro, aun siendo tardo en el primer muletazo, repetía a partir del segundo. Toda la faena fue a media altura, dada la condición del animal. Logró el matador una mayor conexión con los tendidos en la fase final, con varios pases de pecho circulares muy templados, y cortó una oreja tras una estocada baja. Se escucharon ligeros pitos al toro en el arrastre.

Cristian Pérez comenzó su tarde con uno de Ana Romero, bajo, de hechura armónicas, sin excesos, pero con seriedad más que suficiente para la categoría de la plaza. Lo recibió el matador con una larga cambiada de rodillas desde prácticamente los medios. En el caballo, empujó el toro en un puyazo ligeramente bajo. Los dos primeros tercios estuvieron marcados por la invalidez del toro, protestada en el tendido. Comenzó la faena Cristian Pérez sacándose al toro al tercio tratando de empujarlo hacia delante. El toro, muy noble, obedecía y puso en problemas al matador, pero su invalidez marcó enormemente su actuación. Si bien el embroque era bueno, no lo era tanto el final del muletazo. Además, no repetía. La estructura de la faena consistió en varias series por el derecho sin demasiada calidad, y otras por el pitón izquierdo, en las que Cristian Pérez logró torear el animal con buen trazo y ritmo, dada la mejor calidad de las vestidas por ese pitón, utilizando el pico dada la escasa fuerza del animal. Tras una primera estocada baja muy defectuosa, dios muerte al animal con otra ligeramente baja. Recogió una ovación en el tercio tras una petición considerable y el toro fue silenciado en el arrastre.

El quinto de la tarde, muy serio de cara, largo y rematado, fue recibido por Cristian Pérez de la misma forma que su primero,  con una larga cambiada de rodillas. Se le recetó al un puyazo breve, en el que el toro empujó con poca clase. También presentó este toro síntomas de invalidez —varias pérdidas de equilibrio y un tranco suave y rebrincado— en los primeros tercios. El inicio de faena fue vistoso, de rodillas, pero se truncó por la pérdida de manos del animal. Teniendo buena condición y repetición, la faena, marcada por la ausencia de fuerza del animal, tuvo como primera etapa varias series por el derecho suaves, sin bajar la mano, teniendo el toro el defecto de salir algo distraído del muletazo. Por el pitón izquierdo, algo más dificultoso, el toro se quedaba más dormido. Estuvo Cristian Pérez muy valiente en el tramo final de la faena, en el que el toro se paró a mitad de los muletazos, y se pegó un arrimón que caló en los tendidos. Mató de una buena estocada —en la que tuvo que empujar la espada por pinchar en un principio— y cortó una oreja con petición de la segunda. Dio dos vueltas al ruedo y el toro fue silenciado en el arrastre.

El primero del lote de Víctor Hernández fue un Concha y Sierra de aspecto antiguo, altote y basto de hechuras. Fue recibido con un ramillete de verónicas en las que el toro apenas humilló. A continuación, se le picó breve y discretamente, y el toro, a partir de ese momento, tuvo un embroque más humillado. Protagonizó la cuadrilla del matador un buen tercio de banderillas, en el que sobresalieron los pares que corrieron a cargo de Marcos Prieto, que se desmonteró junto a su compañero Diego Valladar. Meritoria primera serie por el derecho de Víctor Hernández, especialmente por templada, teniendo en cuenta la falta de clase del animal. Mejor aún la segunda, muy limpia también. Por el pitón izquierdo, por el que se desplazó mejor el toro, toreó Hernández con calidad, temple y buen trazo. Terminó la faena con un arrimón, y mató al toro con una estocada ligeramente caída, tras dos pinchazos en buen sitio, y recogió una ovación. Ligeras palmas para el toro en el arrastre.

Cerró la tarde otro toro de buenas y finas hechuras de Ana Romero, que fue recibido por Víctor Hernández con tres largas cambiadas de rodillas, un puñado de delantales saliéndose a los medios y una revolera. El primer puyazo fue un simulacro. Quiso el matador cambiar de tercio, consciente de la poca fuerza del de Ana Romero, pero el presidente lo obligó a volver a picar al toro, y se le dió otro picotazo. Intervino Adame en un quite compuesto por dos chicuelinas y una revolera. A continuación, los tres peones protagonizaron un buen tercio de banderillas. Comenzó la faena Hernández sacándose al toro por la espalda, y con una serie templada ligada por el pitón derecho, por el que demostró buena clase el animal, pero estaba muy justo de fuerza. Tras otra serie similar por el mismo pitón, llegó lo mejor de la tarde con la mano izquierda. Muletazos de mucha calidad, muy templados y de muy buen trazo. La serie con la que cerró la faena, al natural también, fue excelente. Yendo por delante el reconocimiento a la calidad del toreo, y que cuajó al toro por ese pitón, el único reproche, quizás, sea una ligera falta de ajuste. Tras una media estocada en buen sitio pero perpendicular, acertó a la primera con el descabello, y cortó una oreja competición de la segunda. Se le dieron palmas al toro en arrastre.

FICHA DEL FESTEJO:
Plaza de toros de Valdetorres de Jarama (Madrid). Primera semifinal de la Copa Chenel. Más de media plaza de entrada. Desafío ganadero entre Concha y Sierra (1º, 3º y 5º) y Ana Romero (2º, 4º y 6º), bien presentados en general. De juego variado pero pobre, especialmente por la falta de fuerza generalizada.

Luis David Adame, ovación y oreja.
Cristian Pérez, ovación tras aviso y oreja (dos vueltas al ruedo).
Víctor Hernández, ovación y oreja.

Incidencias:
Se demonteraron Marcos Prieto y Diego Valladar tras banderillear al tercero de la tarde, y Roberto Martín ‘Jarocho’ en el quinto.

Crónica escrita por Diego Cano (Tauromaquia Joven).
Fotografías tomadas y editadas por El Rey Toro.

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