Volvió a engalanarse La Malagueta para la corrida piccasiana adornada nuevamente por el pintor francés Loren Pallatier, que contó con una serie de «toreografías» que cubrían las todas las tablas del ruedo y que llevaban el trazo de la muleta del torero malagueño Saúl Jiménez Fortes, con hasta 30 tonalidades diferentes.
En los pilotes de las barreras y de las bocanas se colocaron una serie de hojas de palmas que, en palabras del artista, significaba «un símbolo de la victoria, la victoria de la libertad».
Recibió por delantales El Juli a su primero, en el que el tercio de varas volvió a ser un mero trámite ante un animal que empezó a manifestar su flojedad. Labor a media altura del madrileño que tomó muchas precauciones y toreó muy al hilo a un noble pero flojo toro de Domingo Hernández.
El cuarto puso en jaque a la cuadrilla en banderillas, esperando y apretando hacia los adentros. Con la muleta no se vislumbraba mucha faena ya que el animal era muy reservón y le costaba embestir. Entre las pocas ganas del toro y la del torero, todo se quedó para Bilbao 2019.
Muy protestado de salida fue el segundo por su escurrida presencia. Manzanares lo toreó por verónicas pero sin terminar de rematar. Ya con la muleta el toro seguía mostrando su escasísima fuerza, pero a base de llevarlo el de Alicante empezó a conseguir muletazos de gran empaque y hondura, destacando un cambio de mano profundo.
La tanda sobre la izquierda no fue igual de rotunda por lo que volvió sobre la derecha para ya apretarle al de Domingo Hernández y así conseguir los pasajes más rotundos de la faena. Un impresionante estoconazo, marca Manzanares, puso la guinda.
El quinto era el toro más pesado del encierro y Manzanares lo paró por verónicas de gusto rematando con una media. Con la muleta volvió a mostrar su magnífica técnica ante un noble toro que iba y venía. Un pase de pecho larguísimo al hombro contrario y un cambio de mano pusieron la olla a hervir de un auténtico chispazo.
El primero de David de Miranda fue un sobrero de La Palmosilla con otro talante y con muchos pies al que el onubense intentó templar con el capote. Arriesgó en un quite ajustadísimo por gaoneras citando desde el centro del ruedo al animal y terminando con una revolera.
Brindó al público y desde el mismo centro citó por estatuarios por alto. Por el derecho el animal llevaba la cara a media altura, sin terminar de humillar y quedándose a mitad del pase. Después de una primera tanda el toro cantó la gallina, y cada vez que veía tablas quería huir y se paró en seco. Se metió el de La Palmosilla en tablas y absolutamente nada pudo hacer el onubense.
El sexto salió con muchísimos pies llegándose a dar por lo menos tres vueltas al ruedo por su cuenta. Tuvo que ir a recogerlo David de Miranda en un par de ocasiones para finalmente pararlo con el capote.
Este toro era totalmente distinto en la muleta, pudo lucirse el onubense sobre la mano derecha sobre la que el animal se iba largo. Con la izquierda fue templándolo y llevándolo atrás, consiguiendo arrancar los olés de La Malagueta. Estuvo muy bien De Miranda con mucho temple y gusto, toreando por bajo. El fallo a espadas le privó de trofeo.
FICHA DEL FESTEJO
Málaga, lunes 19 de agosto de 2019. Corrida Picassiana. Casi lleno.
Cuatro toros de Domingo Hernández, uno de Garcigrande y un sobrero (3º bis) de La Palmosilla, de muy escasa presencia el segundo, algo menos el tercero. Nobles pero muy descastados y faltos de raza.
- Julián López «El Juli», ovación y silencio.
- José María Manzanares, oreja y ovación.
- David de Miranda, ovación y palmas tras aviso.
Cronica y foto EFE