Tanto el novillero francés Adrien Salenc como el madrileño Francisco de Manuel dieron una vuelta al ruedo cada uno.
Isiegas anduvo por encima de las condiciones de su primero, un novillo mansurrón al que instrumentó una labor derechista que tuvo cierto calado entre sus paisanos. Al cuarto lo toreó más templado y con mejor expresión a lo largo de una faena también bien acogida por el respetable, de ahí que, tras la estocada, cortara una oreja.
Salenc pasó de puntillas con un manso de libro que llegó a saltar al callejón. Manso total, el de Cascón no tuvo ni un pase en la muleta, rajado desde las probaturas. El quinto, que echó mano de forma aparatosa al subalterno Manolo de los Reyes en banderillas, fue un buen novillo con el que Salenc se gustó tanto con el capote como con la muleta. El mal uso de la espada le privó de tocar pelo.
Francisco de Manuel se las vio con un primero exigente con el que estuvo un tanto desigual. Después de un par de series estimables por el izquierdo, el madrileño no se entendió igual por el derecho, quedando la faena en agua de borrajas. Y el feo bajonazo al sexto le privó del premio frente al sexto después de una faena más entonada y reunida sobre ambas manos.
FICHA DEL FESTEJO
Novillos de Ana María Cascón, bien presentados y de juego desigual. Los mejores, cuarto y quinto. El mansurrón primero medio se dejó; rajado y muy deslucido, el segundo; exigente y con transmisión, el tercero; y a menos el sexto.
- Jorge Isiegas, ovación tras aviso y oreja.
- Adrien Salenc, ovación tras aviso y vuelta al ruedo tras aviso.
- Francisco de Manuel, ovación y vuelta al ruedo
Agencia EFE