Buen ambiente en la tradicional corrida de Los Santos, que tuvo contenidos interesantes
La tradicional corrida de Los Santos en Calasparra se saldó con cinco orejas y el rejoneador Diego Ventura a hombros. También tocaron pelo Juan José Padilla y Filiberto en una tarde que mantuvo el interés.
FICHA:
Se lidiaron seis toros (dos para rejones, primero y cuarto) de José Luis Pereda, bien presentados y de juego desigual. El cuarto fue del hierro de La Dehesilla.
Diego Ventura, oreja y dos orejas.
Juan José Padilla, oreja y ovación tras aviso.
Filiberto, oreja y ovación tras aviso.
En la enfermería fue atendido el picador Pepe Aguado, al que se le apreció una contusión lumbar.
Diego Ventura recibió al primero montando a Guadalquivir, templando bien y clavando un rejón. En banderillas puso tres palos con Fino a un alto nivel con batidas ajustadisimas que pusieron al público de pie. A continuación probó a un caballo nuevo, Lío, y cerró con Bombón poniendo cortas y adornándose. Pinchó dos veces y dejó un rejón entera al tercer intento. Hubo petición de oreja y el presidente la concedió.
Al cuarto lo recibió con Campina y sacó a Nazarí en banderillas, clavando muy bien, haciéndolo todo él con un toro bastante parado. Fueron cuatro palos de muy buena ejecución y remate, a pesar de que el toro no seguía al caballo en sus famosas galopadas de costado. Puso cortas al violín con Remate, creando espectáculo en los cites. Mató de rejón y cortó dos orejas.
Padilla recibió al segundo con larga cambiada y toreó bien a la verónica, rematando con una buena larga. El toro se quiso quitar el palo varias veces en el caballo y Padilla brilló en banderillas, destacando el par al violín. Comenzó la faena doblándose con oficio con un toro que no lo ponía fácil. Se midió con él con firmeza y le sacó partido con la derecha a pesar de que el toro no humillaba. También lo intentó al natural y pudo sacar alguno compuesto, pero en uno de ellos el de Pereda se orientó por completo. Mató de estocada y descabello.
El alto quinto no permitió lucimiento en el capote. Padilla no cogió los palos porque el toro llevaba la cara por las nubes, defecto que mantuvo en la muleta. Al diestro jerezano no le importó y demostró sus lotes lidiadoras para sacar partido a un toro por el que nadie apostaba. Fue una faena de mucho mérito, una pelea que ganó el torero, pero que fue difícil culminar con la espada por el sentido del toro. Ahí se esfumó el triunfo que mereció el torero. Fue ovacionado.
El tercero no permitió a Filiberto lucirse de capa por salir bastante reservón. En la muleta, el diestro calasparreño se mostró firme y templó mucho en un par de series con la derecha compuestas y muy bien rematadas. Por el lado izquierdo el toro no fue tan claro y, tras probarlo, volvió a la derecha. Apuró las últimas embestidas y mató de estocada atravesada. Oreja.
En el sexto se vivieron momentos angustiosos al derribar el toro al picador Pepe Aguado, que quedó conmocionado en el ruedo atrapado por una pierna debajo del caballo. Por fortuna se recuperó y Filiberto se encontró en la muleta con un toro sin celo que salía distraído de la suerte. Le buscó las vueltas y logró sacarle algunos muletazos estimables. Mal con la espada. Fue ovacionado