Una oreja cortó hoy el torero de la tierra, Sergio Cerezos, en el cierre de la Feria del Ángel de Teruel, en una tarde en la que Javier Cortés dio otro toque de atención importante en la temporada con una notable faena al segundo de una deslucida corrida de Los Bayones, que quedó sin premio por culpa del palco.
Una oreja cortó hoy el torero de la tierra, Sergio Cerezos, en el cierre de la Feria del Ángel de Teruel, en una tarde en la que Javier Cortés dio otro toque de atención importante en la temporada con una notable faena al segundo de una deslucida corrida de Los Bayones, que quedó sin premio por culpa del palco.
Cerezos, que no se enfundaba el traje de luces desde hace dos años, concretamente desde la edición de 2016 de esta misma feria, anduvo muy dispuesto y resuelto con el buen tercero, el único toro con opciones de un muy deslucido envío de Los Bayones. El turolense corrió la mano con soltura, sobre toro por el lado derecho, por donde series de muletazos hilvanados y bien compactados.
Arropado por sus paisanos, que sabían la importancia de esta tarde para él, le pidieron con fuerza una oreja, que acabó paseando en una vuelta al ruedo muy festejada.
El sexto fue un toro que ya no se prestó igual. Cerezos resolvió con dignidad. Palmas en la despedida.
Javier Cortés, uno de los toreros relanzados este año en Madrid, demostró en Teruel que va lanzado como un cohete. Es verdad que su primero, un mulo que se negó en redondo a embestir, no fue el compañero ideal, mas la firmeza, el valor, las agallas y el amor propio demostrado por el torero madrileño se impusieron en una labor de alta nota y en la que, incluso, logró pases de muy buen trazo.
Faena para aficionados, abrochada a la primera con la tizona, de ahí que no se explique que la presidencia le negara la oreja. Segunda tarde consecutiva en la que el palco turolense se erige en protagonista, tras negarle también un triunfo mayor a Álvaro Lorenzo en la víspera. La vuelta al ruedo que dio tuvo su valor.
También anduvo muy dispuesto Cortés con el difícil y áspero quinto, con el que tuvo que meterse nuevamente en harina para tratar de sacar agua de un pozo prácticamente seco. Esta vez no anduvo tan certero con los aceros y fue ovacionado.
Abría cartel Manuel Escribano, que se estrelló con un lote de nulas opciones: el primero por su absoluta falta de raza y actitud remisa a cualquier afrenta; y el cuarto por su cantada mansedumbre. El diestro de Gerena anduvo muy voluntarioso, destacando su capacidad rehiletera, pero en ninguno de sus dos oponentes pudo llegar a mayores cotas artísticas.
FICHA DEL FESTEJO.- Seis toros de Los Bayones, desiguales de presentación, descastados, sin raza y deslucidos en conjunto, con la única excepción del buen tercero.
Manuel Escribano, ovación y silencio.
Javier Cortés, vuelta al ruedo tras petición de oreja y bronca al palco por no concederla, y ovación.
Sergio Cerezos, oreja y palmas en la despedida.
Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio en recuerdo del torero Víctor Barrio, en el segundo aniversario de su trágica muerte en la arena de la plaza de toros de Teruel a cargo de las astas del toro “Lorenzo”, de la ganadería de Los Maños.
La plaza registró dos tercios de entrada en los tendidos.
AGENCIA EFE FOTO DE ARCHIVO