San Mateo 2018

El Juli y Urdiales cortan sendas orejas de distinto peso en Logroño

Los diestros Julián López, el Juli, y Diego Urdiales cortaron una oreja cada uno al término del mano a mano de hoy en la feria de Logroño, trofeos de distinto peso específico, pues, si la del primero fue condescendiente, la del segundo vino a reconocer que el mejor toreo salió de sus trastos.

La tarde ya empezó mal. La presentación del primero del Juli, de José Vázquez, fue, cuanto menos, reprobable. Un toro chico que, además, salió corretón y sin fijeza en los primeros tercios. Le costó mucho al madrileño meterlo en vereda y, aunque consiguió robarle unas cuentas series por el derecho más o menos decentes, aquello no tenía visos de romper en ningún momento.

Porque al toro le faltó raza y le sobró sosería, de ahí la falta de emoción global por más que Julián trató de esforzarse con él en la distancia corta. Con la espada estuvo muy bien, quizás a lo que se agarró la parroquia y el presidente para concederle una oreja.

El tercero, de Garcigrande, no aportó tampoco gran cosa, un toro que iba con la cara natural, justo de casta, pese a su innegable nobleza. La gente aquí anduvo más exigente con un Julián López que no pasó de un toreo aséptico a lo largo de una labor vacía de emociones. No estuvo certero con la tizona y fue silenciado.

Peor aún le fue al Juli con el descastadísimo y muy flojo quinto, de Zalduendo, que se vino muy abajo en el último tercio, andarín y de lo más claudicante. El Juli anduvo por ahí, intentándolo, sin obligarle, pero los olés de guasa por parte de los tendidos le animó definitivamente a abreviar.

Más allá del trofeo cortado por el madrileño, lo mejor de la tarde llevó la firma de Diego Urdiales en su primero, un toro de José Vázquez de lo más cambiante. Suelto de los capotes, entró hasta seis veces en el caballo, donde salía huido nada más notar el hierro. En banderillas tampoco acabó de definirse.

Y cuando todo parecía que iba a ir por los derroteros de la decepción, apareció la poderosa muleta del torero de Arnedo, que se dobló muy bien por abajo en las probaturas, obligándole mucho hasta lograr sacarlo a los medios totalmente sometido.

A partir de ahí se pasó del toreo mandón al de sutileza, al de buen gusto, encaje y torería. Varias tandas por el derecho muy jaleadas dieron paso a una al natural de cinco y al de pecho sublime.

Un final de notable aroma y la gente como loca con él. Pero del éxtasis se pasó a la desilusión más absoluta cuando el riojano se lió a pinchar con los aceros, cambiando las dos orejas por dos avisos y una gran ovación.

El cuarto fue un mulo que, para más inri, llevó una lidia de lo más desastrosa, algo que abundó en su mansa y mala condición para la muleta. Urdiales desistió con buen criterio.

La oreja sí la logró del complicado y exigente Garcigrande que cerró la tarde, un toro con genio, difícil de verdad, con el que Urdiales se fajó en una labor firme y de muchos arrestos, tragando de verdad y corroborando que, pese al empate técnico, el mano a mano se lo llevó él.

FICHA DEL FESTEJO.- Dos toros de José Vázquez (1º y 2º), dos de Garcigrande (3º y 6º) y dos de Zalduendo (4º y 5º) desiguales de presentación y de poco juego. La excepción fue el cambiante segundo. Nobles y sin raza, primero y tercero; descastados, flojos y parados cuarto y quinto; y con genio y complicado, el sexto.

  • Julián López, el Juli, de azul marino, oro y remates blancos: estocada fulminante (oreja); y estocada enhebrada, dos pinchazos, estocada arriba y dos descabellos (silencio); y pinchazo hondo y dos descabellos (silencio).
  • Diego Urdiales, de añil y oro: dos pinchazos, estocada delantera, otros dos pinchazos y tres descabellos (ovación tras dos avisos); pinchazo, estocada y descabello (silencio); y estocada y descabello (oreja tras aviso)

En cuadrillas, Iván García saludó tras banderillear al quinto.

La plaza registró tres cuartos de entrada en los tendidos.

 CRÓNICA DE AGENCIA EFE //-// FOTO DE ARCHIVO

El Juli y Urdiales cortan sendas orejas de distinto peso en Logroño Leer más »

ponce

A oreja por coleta en una tarde muy a menos y de toros sin casta en Logroño

Una oreja por cada uno de los diestros pasearon hoy Enrique Ponce, José María Manzanares y Andrés Roca Rey en la tercera de la feria de San Mateo de Logroño, una corrida que fue irrefrenablemente a menos por culpa de la falta de casta y pocas fuerzas de los toros de Juan Pedro Domecq.

Llegaban las figuras a Logroño y eso se notó en la gran entrada que hubo, que, lejos de repetirse el fiasco de los días anteriores, llenaron prácticamente en su totalidad los tendidos de La Ribera.

Roca Rey salió ya a por todas en su primero, al que recibió por chicuelinas muy celebradas por la parroquia logroñesa. El inicio de su faena tuvo solemnidad y mucha quietud, alternando pases por alto con unos inverosímiles cambiados por la espalda.

El toro, mansurrón, marcó los terrenos de la querencia, pero un autoritario Roca Rey logró sujetarlo en los medios para torearlo con mucho dominio sobre ambas manos, haciendo un toreo parsimonioso, muy seguro, templado, encajado y por abajo. Un final impredecible, con circulares, pendulazos y otros alardes puso ambiente de frenesí. Cortó una sola oreja por el pinchazo previo a la estocada final.

En el sexto llegó la decepción. Y el enfado. Al toro, sin fuerzas ya de salida, apenas le hicieron sangre en el caballo. Pero el animal no podía ni con la divisa. No se explica cómo el presidente no lo devolvió. La gente estalló contra él, pues se quedaron con las ganas de ver a Roca Rey.

Ponce se las vio en primer lugar con un toro tan noble como escaso de fuerzas, al que cuidó para ir afianzándolo en la muleta hasta llegar a darle fiesta por los dos pitones, en una labor que aunó suavidad y elegancia, empaque y buen gusto, aunque con escasas apreturas.

Pero la gente disfrutó con el quehacer del maestro de Chiva, sobre todo con las «poncinas» finales. La estocada en el primer envite fue clave para la concesión de la oreja.

El cuarto, pese a su nobleza, fue un toro totalmente descastado, de esos que se agarran rápido al piso, sin fuerzas, sin transmitir peligro. Ponce anduvo voluntarioso con él en una labor ligerita, por fuera y en la que compone muy bien la figura, pero que no llegó nunca a tomar vuelo.

Manzanares también estuvo en la línea de la plasticidad sin ajuste frente a su primero, un toro noblote, manejable, con el que estuvo fácil y solvente alterando los dos pitones. No fue una faena para tirar cohetes, ni redonda ni rotunda, pero sí hubo pasajes de toreo bello y templado, suficientes para que los tendidos prendieran con lo que hizo el alicantino, que cortó una oreja.

Todo lo contrario ocurrió con el descastadísimo y blando quinto, con el que Manzanares se alargó demasiado en un sinsentido, pues el animal, parado, remiso y aplomado, no fue oponente propicio. Tampoco él dijo gran cosa a pesar del largo metraje del trasteo.

FICHA DEL FESTEJO.- Cuatro toros de Juan Pedro Domecq y dos -primero y quinto- de Parladé, correctos de presentación, noblotes pero sin aportar gran cosa, unos por flojos, como primero, segundo y, sobre todo, el inválido sexto; otros por sosos y mansurrones, como el tercero; y otros directamente por descastados, remisos y parados, como cuarto y quinto.

  • Enrique Ponce, de azul marino y oro: estocada desprendida (oreja); y media y dos descabellos (ovación tras aviso).
  • José María Manzanares, de azul pavo, oro y cabos blancos: casi entera (oreja); y pinchazo, media y descabello (silencio tras aviso).
  • Andrés Roca Rey, de tabaco y oro: pinchazo y estocada desprendida (oreja); y media (silencio).

En cuadrillas, el picador Pedro Morales «Chocolate» fue aplaudido tras la suerte de varas al segundo.

La plaza rozó el lleno en los tendidos.

Crónica de Agencia  EFE //// Foto Casa Chopera

A oreja por coleta en una tarde muy a menos y de toros sin casta en Logroño Leer más »

DneGepSXoAApQu8

Padilla logra la única oreja y Marín cuaja la faena de la tarde en Logroño

El diestro Juan José Padilla cortó hoy la única oreja de la segunda de feria en Logroño, en una tarde en la que Ginés Marín cuajó la mejor faena, al sexto, aunque acabaría perdiendo los trofeos por culpa de su mala espada.

El adiós de Padilla de Logroño pareció no animar a la gente para ir a la plaza, que, como en la víspera, registró poco más de un cuarto de entrada. Pero los que estuvieron en La Ribera sí se despidieron de él con tremendo cariño, como los propios empresarios, que después del paseíllo le tributaron con una escultura en reconocimiento a su dilatada carrera.

DneGepZXoAMBLahPadilla correspondió a tanta consideración con dos arrebatadas largas cambiadas a su primero, al que banderilleó con mucha verdad. De hinojos abrió una faena que, como no, tuvo también brindis al respetable.

El jerezano puso muchas ganas a todo lo que hizo, aunque, a decir verdad, a la faena le faltó pulcritud, como también el toro careció de algo más de raza y fuerzas para aguantar todo lo que le hizo «el pirata». Pudo haber cortado una oreja, pero la falta de contundencia con los aceros dejó todo en una vuelta al ruedo.

Sí la cortó del cuarto, por otra faena plena de «efectos especiales». Esta vez no puso los palos, pero la gente disfrutó luego con una labor ayuna de toreo fundamental, pero en la que no faltaron un sinfín de alardes y guiños de cara a la galería, que, tras una estocada contraria, le valió para pasear el trofeo.

Pero lo verdaderamente bueno de la tarde llevó la firma de Ginés Marín ante el único toro bueno de verdad, el encastado e inagotable sexto. Marín lo toreó de maravilla ya con el capote, aunque lo gordo llegaría en la muleta, en una labor exquisita, clásica, honda y de mucho sentimiento.

Toreo de muchísimos quilates del este joven espada, que cerró faena por ceñidas y emocionantes bernadinas. La gente disfrutó de lo lindo e incluso empujó con Marín la espada, que, sin embargo, no fue su aliada. Dos pinchazos y una caída dejó todo en una gran ovación tras aviso, cerrándose de un portazo la Puerta Grande que tenía prácticamente asegurada.

En su primero, Marín también dejó momentos interesantes, pero el toro de escaso recorrido y poca entrega no admitió muchas florituras. Así y todo, el extremeño exhibió temple y pulso para ligar por bajo en series de buena caligrafía sobre la diestra. Los de pecho fueron cumbres. Y al natural también deja detalles de un toreo pulcro y ortodoxo. Mal con el descabello, fue silenciado.

Ferrera rayó a buen nivel con su primero, toro que se quedaba corto en los capotes y que recibió un largo y trasero puyazo. Técnico y muy templado, el extremeño fue metiendo en el canasto a un toro que soltaba la cara y al que cuaja en series cortas pero muy sabrosas y de mucha torería dentro de una labor para aficionados.

El quinto fue un toro de excelsa calidad, sin embargo, no tuvo nada de fuerzas para romper hacia adelante. Ferrera volvió a estar en profesional pero sin llegar a calentar en un trasteo en el que tuvo que desistir pronto.

FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Zalduendo, correctamente presentados, nobles, mansurrones y justitos de fuerzas en general, especialmente el quinto, que tuvo calidad pero ninguna fortaleza para desarrollarla. La excepción fue el gran sexto, un toro encastado y bueno, ovacionado en el arrastre.

  • Juan José Padilla, de celeste y oro: estocada tendida y desprendida y dos descabellos (vuelta al ruedo); y estocada contraria (oreja).
  • Antonio Ferrera, de grana y oro: estocada fulminante en la suerte de recibir (ovación); y pinchazo, estocada y dos descabellos (silencio tras aviso).
  • Ginés Marín, de gris perla y oro: pinchazo hondo que acaba tragándose y siete descabellos (silencio); y dos pinchazos y estocada caída (gran ovación tras aviso).

La plaza registró algo más de un cuarto de entrada en los tendidos.

CRÓNICA DE AGENCIA EFE /// FOTO CASA CHOPERA

Padilla logra la única oreja y Marín cuaja la faena de la tarde en Logroño Leer más »

PHOTO 2018 07 27 13 43 53

La feria de San Mateo de Logroño 2018 con carteles

Un mano a mano entre El Juli y Urdiales en la próxima Feria de San Mateo 2018

En un encuentro en el coso de La Ribera con distintos medios de comunicación, críticos taurinos, representantes de peñas, entidades taurinas y aficionados, Óscar Chopera ha desgranado las combinaciones del abono, que se desarrollará del 18 al 22 de Septiembre, compuesto por cuatro corridas de toros y una corrida de rejones mixta, además de numerosos festejos populares.

Los carteles del ciclo son los siguientes:

Martes 18 de Septiembre a las 18:00h – (1ª de Abono)

Corrida de Toros

6 Toros 6 de VICTORINO MARTÍN para

JUAN BAUTISTA, MANUEL ESCRIBANO y JOSELITO ADAME

Miércoles 19 de Septiembre a las 18.00h – (2ª de Abono)

Corrida de Toros

6 Toros 6 de ZALDUENDO para

JUAN JOSÉ PADILLA, ANTONIO FERRERA Y GINÉS MARÍN

Jueves 20 de Septiembre a las 18.00h – (3ª de Abono)

Corrida de Toros

6 Toros 6 de JUAN PEDRO DOMECQ para

ENRIQUE PONCE, JOSÉ Mª MANZANARES ROCA REY

 Viernes 21 de Septiembre a las 18.00h – (4ª de Abono)

Corrida de Toros

6 Toros 6 de DISTINTAS GANADERÍAS para

EL JULI y DIEGO URDIALES (MANO A MANO)

Sábado 22 de Septiembre a las 18.00h – (5ª de Abono)

Corrida de Rejones Mixta

4 Toros y 2 Novillos de SÁNCHEZ Y SÁNCHEZ para

PABLO HERMOSO DE MENDOZA, LEA VICENS y GUILLERMO HERMOSO DE MENDOZA

 Los festejos menores programados son los siguientes:

Domingo 16 de Septiembre a las 18:00h – (Fuera de Abono)

Festejo Popular

Semifinal del Campeonato Nacional de Recortadores con Toros

Del 16 al 21 de Septiembre a las 9:30h (Entrada gratuita)

Festejos Populares

Mañanas de Vaquillas y Populares en La Ribera

Foto Prensa Casa Chopera

La feria de San Mateo de Logroño 2018 con carteles Leer más »

Scroll al inicio