Toledo 2018

TOLEDO ALVARO LORNZO

El Juli, Talavante y Lorenzo, a hombros en la “monstruo” del Corpus de Toledo

Pocas combinaciones podían despertar mayor interés que la compuesta para la tradicional corrida del Corpus de Toledo. Cuatro toreros, cuatro, con méritos acumulados durante sus ya dilatadas trayectorias profesionales.

Son en el caso de Morante y El Juli, consolidada -o a punto de hacerlo definitivamente- la de Talavante, y uno de los toreros emergentes más prometedores, Álvaro Lorenzo, que se entretuvo en cortar tres orejas en Las Ventas el Domingo de Resurrección y que, para más señas, es toledano.

Y toros, a priori, de garantías como los de Garcigrande/Domingo Hernández. Sin embargo los astados salmantinos no derrocharon la entrega ni tuvieron el fuelle necesario para dotar al festejo del éxito que cabía prever.

Pero si los de Garcigrande/Domingo Hernández cumplieron sin más en el mejor de los casos, el benjamín de los actuantes, Álvaro Lorenzo, derrochó ganas y, por momentos, magnifico toreo, en una tarde de gran compromiso, pues los triunfos, aunque sean en Madrid, en el caso de toreros como Lorenzo, hay que refrendarlos a diario igualmente. Y más si te las ves con figuras.

Ya el recibo de capote a su primero fue un aviso a navegantes, llevando a su oponente largo, templado, con estética, y rematando en los medios. El inicio de la faena de muleta, de rodillas, puso a la plaza en pie.

No obstante el trasteo decayó levemente por la condición tarda del de Garcigrande. Sin embargo de nuevo el diapasón subió en un trepidante epílogo, con el toledano clavado en la arena como un poste y haciendo girar a su alrededor al de negro. Más de media algo desprendida cobrada al primer intento le granjeó el doble trofeo.

El soso octavo despertó ligeramente en el último tercio, propiciando una faena de trazo largo, algo perfilera, bien rematada con la espada al primer intento.

Saldó el compromiso con éxito Lorenzo. Y no era fácil. Aún así, cabe señalar que el día que no esconda tanto la pierna contraria sus faenas cobrarán una profundidad de la que ahora carecen.

Talavante pinchó una primera faena de compostura en la que cabe destacar dos tandas al natural en los medios; una de ellas cerrada mirando al tendido. El precioso tercero se vino a menos y Talavante, que siempre le dio el pecho en los cites, no prolongó su labor, mal rematada con los aceros.

Jugó su flexible cintura ante el séptimo, sobre todo al natural, apretando al de Domingo Hernández mientras duró, que no fue demasiado. Esta vez sí rubricó su quehacer a la primera con acierto.

Al Juli el año pasado le negaron muy injustamente la segunda oreja en uno de sus toros en esta misma plaza, y hoy se la regalaron sin sentido alguno en el quinto de la tarde. Su labor, de pundonor y amor propio por no irse de vacío, bien podría haber sido premiada en singular, y nada habría pasado.

Poco hay que contar de lo ocurrido en el mansito segundo, un toro que derrochó gran calidad en los primeros tercios pero que se desfondó muy pronto. Tan solo citar el enrazado quite por cordobinas del madrileño.

Morante quiso en su primero. Únicamente. Anduvo con gracia en una faena más bonita que profunda, con varios cambios de manos de enjundia, con muletazos cortos de trazo y largos de torería. Se le pidieron las dos orejas. Se le concedió una, que recibió con una gran sonrisa, aunque no la paseó en vuelta al ruedo.

Frente a su segundo anduvo perfilero y fuera de cacho. El toro no es que fuera un dechado de virtudes, pero se tragó una serie ligada por el derecho, aunque fue casi dando el zapatillazo. Y Morante no es de ese palo, ¿verdad? El toreo tampoco demasiado.

FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Garcigrande/Domingo Hernández, de correcta presencia. Justos de casta y entrega en sus embestidas. Resultaron mejores primero, cuarto, séptimo y octavo en menor medida.

José Antonio “Morante de la Puebla”, oreja tras aviso y ovación.

Julián López “El Juli”, palmas y dos orejas.

Alejandro Talavante, silencio y dos orejas.

Álvaro Lorenzo, dos orejas y oreja.

La plaza rozó el lleno en los tendidos.

CRÓNICA AGENCIA EFE FOTO @ALVARO_LORGUT 

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@JuandelAlamoOf

La terna a hombros en la corrida de “Aspaym” de Toledo

Los diestros Eugenio de Mora, Juan del Álamo y Román cortaros dos orejas cada uno y salieron a hombros en la décimo cuarta edición del festejo celebrado hoy en Toledo a beneficio de Aspaym (Asociación Provincial de Lesionados Medulares y Grandes Discapacitados).

Los diestros Eugenio de Mora, Juan del Álamo y Román cortaros dos orejas cada uno y salieron a hombros en la décimo cuarta edición del festejo celebrado hoy en Toledo a beneficio de Aspaym (Asociación Provincial de Lesionados Medulares y Grandes Discapacitados).

Se lidiaron seis toros de Conde de Mayalde, bien presentados aunque desiguales de trapío. Encastados los lidiados en primer, segundo y cuarto lugar. Nobles, aunque justos de fuelle el resto.

Eugenio de Mora, oreja con petición de la segunda y oreja.

Juan del Álamo, oreja y oreja.

Román, ovación tras dos avisos y dos orejas.

En cuadrillas, saludaron tras banderillear al segundo Jarocho y Gómez Pascual, y José Luis Triviño hizo lo propio en el cuarto.

La plaza registró casi media entrada en los tendidos.

INTERÉS Y CASTA

La corrida de Aspaym cumplió su edición catorce bajo amenaza -finalmente materializada- de lluvia. Esta circunstancia hizo que los tendidos registraran una entrada menos numerosa de lo que la ocasión merecía.

El alma máter de este festejo fue y sigue siendo Eugenio de Mora, quien un año más volvió a triunfar. Y lo hizo con su clásico toreo de mando y mano baja frente a un lote encastado. Su primera faena, que fue de más a menos, tuvo los mejores momentos por el pitón derecho, lado por el que hubo ligazón y también algún enganchón por la condición rebrincada del de Mayalde.

En el trasteo al cuarto primó el mando frente a la estética por el derecho. Mató bien, aunque tuvo que descabellar por partida doble.

Juan del Álamo instrumentó un primer trasteo basado en la garra. Inició el último tercio de rodillas, en una labor de toma y daca en el que no hubo sutilezas, aunque sí decisión y longitud en los derechazos más notables.

De nuevo hubo más mando que plasticidad frente al quinto, un toro que ofreció un buen pitón derecho. La faena evolucionó de un tono más arrebatado inicial a otro más pausado y templado ya con el aguacero cayendo con fuerza. Cortó una oreja a pesar de tener que utilizar el descabello hasta en tres oportunidades.

Román se entretuvo mucho con su primero, el ejemplar más deslucido del festejo, de acometidas desordenadas y pensándoselo mucho. A pesar de ello el valenciano insistió sin brillo hasta llegar a escuchar dos avisos, acabando con él al tercer intento.

Cerró plaza un toro noble pero muy justo de fuelle que, sin embargo, sí tuvo cierta clase por el derecho cuando Román terminó acoplándose con él en el tramo final de faena, en pases aislados por no poder ligar los muletazos. Resultó volteado sin consecuencias al entrar a matar, acabando con su oponente al segundo viaje, siéndole concedidas dos orejas, a todas luces, harto generosas.

AGENCIA EFE

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