El novillero sevillano se ha alzado como triunfador de la quinta edición del Circuito de Andalucía en la presente temporada y tiene por delante la Final de la Liga Nacional de Novilladas.
Cerró la temporada pasada ganando el certamen “Camino hacia Las Ventas” y toreando el festival de La Maestranza, donde cortó una oreja en cada una de las tardes. Finalizar la etapa sin caballos de esa manera y abrir la temporada 2024 debutando con caballos en el Circuito supuso “un paso de gran relevancia e importante que fue a principios de temporada”.
Comenzó en Aracena, siguió en Úbeda y cerró su Circuito en La Maestranza, donde cortó una oreja y se proclamó triunfador de 2024. El balance de su paso por el certamen “es muy positivo, me sirvió para placearme y para llegar rodado a las dos novilladas en Sevilla”.
En esta segunda parte de la temporada, ha hecho el paseíllo en las principales ferias de novilladas, como son Villaseca, Arganda, Arnedo y Guadarrama “unas tardes que me han servido para coger el rodaje en el escalafón y que mi nombre empiece a sonar de cara a entrar el año que viene en las plazas de primera como Madrid, Valencia y, sin ninguna duda, Sevilla”.
Si tiene que analizar su primera temporada con caballos, lo primero en destacar “es el gran cambio que se nota del eral al utrero, eso es lo que más me ha sorprendido”. No solo es el comportamiento del animal lo que marca la diferencia sino también “la expresión, se le nota más hecho y trasmite una seriedad que solo el que está delante es capaz de percibir”.
Ahora llega su último gran puerto de la temporada, la Final de la Liga Nacional de Novilladas el 27 de octubre en Sanlúcar. Vuelve a torear en Andalucía. Eso es algo que le motiva “después de ver la dureza del toreo en los pueblos de Madrid”, llega a Sanlúcar “en un momento de mayor madurez y consciente de la responsabilidad que conlleva la tarde”. Además, sentencia: “esto no es nada fácil”.
De cara al año que viene, tiene claro que “es una temporada en la que me juego todo y me tengo que entregar”. Pueden sonar duras las declaraciones, pero así es la profesión, y será un año “en el que, si no doy un golpe y rompo, mi carrera se quedará estancada”. No todo son malos presagios, sino todo lo contrario. Tiene claro que “las capacidades las tengo, confío en mí y creo que todo va a salir como lo tengo planeado en mi cabeza”.