Ubrique: tres toreros de justicia anunciados con la corrida de Adolfo este sábado

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Ubrique, localidad serrana de la provincia de Cádiz, vuelve a sonar con fuerza en el calendario taurino andaluz. Y lo hace con argumentos. Tras el notable éxito de la novillada con picadores celebrada el pasado mes de abril, la plaza acogerá el próximo 13 de septiembre una corrida de toros con el hierro de Adolfo Martín, una de las ganaderías más emblemáticas del circuito torista, en un cartel que rezuma personalidad, historia y mucho oficio.

Será, sin duda, un día especial para la afición ubriqueña, pero especialmente para uno de los suyos: Víctor Janeiro, torero de la casa, que vuelve a vestirse de luces en su pueblo, con el añadido emocional de hacerlo ante una de las corridas más serias del campo bravo. La cita supondrá su reencuentro con la afición que lo vio crecer y que siempre ha respaldado su carrera. Un guiño al corazón, al orgullo local y a la memoria de una plaza que quiere volver a ser.

Junto a él, dos toreros con el oficio tatuado en la piel: Octavio Chacón y Pérez Mota, ambos curtidos en mil batallas. Chacón, con una carrera forjada a base de verdad, ha hecho de Madrid y Francia sus ejes, ganándose un sitio en las corridas más duras con una actitud de torero de los de antes. Su nombre, en un cartel con toros de Adolfo, no es casualidad, sino lógica taurina.

Por su parte, Pérez Mota vuelve a los escenarios con esta exigente casa ganadera. Su trayectoria también está marcada por la dureza de los hierros que lidia, y su presencia en Ubrique equilibrio al cartel. Su capacidad para imponerse a toros con sentido y sacar faena donde otros solo ven problemas, lo convierten en un torero de garantías ante este tipo de desafíos.

El encierro llevará el hierro legendario de Adolfo Martín, divisa que mantiene vivo el legado de Albaserrada. Una ganadería que no regala orejas, pero que sí otorga gloria a quien se la gana.

Este festejo no es uno más. Con él, Ubrique da un paso decidido para consolidarse como enclave del toreo en el sur de España. Y lo hace apostando por la tauromaquia como motor cultural, económico y social, devolviendo a su plaza —y a su pueblo— el lugar que merece en el mapa taurino andaluz. Tres toreros, seis toros y una plaza que quiere volver a rugir.

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