Tomás Rufo realiza la faena de su vida (hasta ahora) pero el premio se lo lleva Emilio de Justo.

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Redacción Ángel Estévez

Tomás Rufo realiza la faena de su vida (hasta ahora) pero el premio se lo lleva Emilio de Justo.

 

Gran faena de Tomás Rufo malograda por la espada en tarde en la que Emilio de Justo ofreció una buena faena en el cuarto. Roca Rey no tuvo suerte. Gran corrida de Victoriano del Río en la que la lesión de dos toros mermó las opciones de triunfo.

 

Abrió plaza «Encaminado» de la ganadería de Victoriano del Río, como toda la corrida, y cinqueño, como todos los enchiquerados, con 565 kilos, que galopó bien en el recibo de Emilio de Justo, que galleó por chicuelinas para llevarlo al caballo, dónde peleó con empuje, fijeza y celo en el peto. En su turno de quites entró Roca Rey por chicuelinas templadas y replicó De Justo por el mismo palo, está vez con las manos bajas y más ajustadas, cerrando con gran media. Tuvo fijeza y buen tranco en banderillas y comenzó la faena el torero extremeño en terrenos de tablas para sacarse al animal al tercio. Se vio enseguida que el toro necesitaba mando y llevarlo muy embebido en el trapo y el viento lo impedía, así que el torero se lo llevó a los terrenos de los tendidos 6 y 7 para realizar una labor muletera en la que hubo pasajes de largo trazo con otros en lo que el animal se quedaba más corto, sobretodo por el pitón derecho. El público no acabó de entrar en una faena a la que le faltó algo para acabar de romper. Cerró faena con naturales con la diestra antes de atascarse con el acero. Escuchó silencio.

 

«Impuesto» era el segundo, con 566 kilos, engatillado y serio de cara, que no repitió en el saludo de Andrés Roca Rey. Le costó ir al caballo y cuando fue lo hizo sin entrega, y aunque metió los riñones, luego hizo sonar el estribo. Tardeó mucho en banderillas para luego embestir brusco a los banderilleros, a los que costó medir la velocidad y la distancia. Complicado. Luego lo dejaron más allá de las rayas de picar y se fue directamente a donde su matador le esperaba. Toro tardo, con disparo y genio al que fue muy difícil ligar y templar, ya que su embestida carecía de clase alguna. Estocada para finiquitar a este segundo. Silencio.

 

«Bisonte» se llamaba el tercero, con 563 kilos, que se dejó pegar unas verónicas a píes juntos antes de salir suelto del capote de Tomás Rufo en el saludo capotero. Se dejó pegar con fijeza en el peto y galopó en banderillas, donde saludó Fernando Sánchez tras gran par. Comenzó de hinojos Rufo su faena en la que fue una serie de derechazos extraordinaria poniendo al público en pie, pero en un muletazo anterior a la serie, el toro perdió la vertical y pareció haberse dañado. Y ya el toro fue otro. Aún quisó embestir haciendo el avión por el pitón izquierdo pero la dolencia en las manos le hizo defenderse y, finalmente rajarse. No estuvo acertado con el acero el torero de Pepino y escuchó silencio tras aviso.

 

«Bocinero» de 614 kilos era el cuarto, que no permitió el lucimiento por quedarse corto en el saludo de Emilio de Justo. Peleó bien en varas en el primer puyazo pero en el segundo no fue tan claro, aunque siempre con la cara abajo. Quitó por caleserinas Roca Rey y la cuadrilla de Emilio de Justo dejó los cuatro palos. Comenzó el torero extremeño por bajo, poderoso y sometiendo al de Victoriano del Río que pareció afligirse, pero no fue así. Fue construyendo el diestro una faena maciza y el nivel fue a más. Y más rompió la faena al natural en la que se entregó la plaza. Con el toro sacando su gran fondo de clase se abandonó De Justo por momentos, dejando pasajes de gran belleza y hondura, con grandes pases de pecho y trincherillas en los remates de las series. Cerró con naturales con la diestra con los que rugió Madrid. La estocada, un punto desprendida por poner un pero, hizo su efecto rápido y cayó una oreja de mucho peso para el torero extremeño Emilio de Justo. Oreja

 

«Amante» pesó 577 kilos y era negro listón, y sacó buen tranco en el saludo de Roca Rey aunque echó las manos por delante. Se dejó el animal algo en el caballo que fue acusando durante toda la lidia, que fue la fuerza de los cuartos traseros. Y en el segundo muletazo perdió las manos el toro y ya la faena no remontó. Entre las perdidas de manos se fue diluyendo la obra de Roca Rey en la que el toro quería pero no podía. Aún así hubo muletazos profundos por parte del peruano pero ya era tarde. Con las espada de matar dejó la estocada a la segunda. El animal se amorcilló y hubo de descabellar, acertando también a la segunda. Silencio tras aviso.

 

 

El sexto fue un bonito pero serio toro de pelo castaño de nombre «Alabardero», con 575 kilos de peso, que hizo el avión en el recibo de Tomás Rufo. Blandeó algo y por eso lo midió Manuel Jesús Ruiz «Espartaco» en varas, que señaló arriba mientras el toro recargaba. Galopó en banderillas el toro y se lucieron Andrés Revuelta y Fernando Sánchez, que saludaron, y brindó Rufo a los espectadores. Se fue a los terrenos del 5 el torero y se puso a torear con la diestra, con mano baja y mando. Fueron excelentes las series por el pitón derecho pero la serie al natural fue sencillamente superior, rematadas con uno de pecho echándose el toro entero por delante. Los ayudados por bajo en el cierre tuvieron esencia. Pero cuando la plaza estaba enloquecida y todo el mundo empujaba para que la espada entrara, está no entró. Dos pinchazos arriba precedieron a la estocada y Tomás Rufo se tuvo que ir andando por la puerta de cuadrilla, no sin antes escuchar una grandísima ovación al excelente toro de Victoriano del Río y dar una clamorosa vuelta al ruedo.

 

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Las Ventas (Madrid). 13ª de la Feria de San Isidro. Cartel de ‘No hay billetes’

Toros de Victoriano del Río. Bravo y encastado el primero, que pidió poder. Tardo, manso y con genio el segundo. Lesionado el tercero, acabó rajado .De gran clase y a más el cuarto. De buena clase pero derrengado de atrás el quinto y excelente el sexto que cerro plaza.

Emilio de Justo, nazareno y oro: silencio tras aviso y oreja con petición de la segunda tras aviso

Roca Rey, verde oliva y oro: silencio y silencio tras aviso

Tomás Rufo, verde hoja y oro: silencio y vuelta al ruedo

Saludó Fernando Sánchez al parear al tercero, y al sexto junto a Andrés Revuelta

 

 

Foto Galería Pablo Ramos

 

 

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