El torero sevillano hará el paseíllo en Castellón este domingo, mano a mano con Paco Ramos con la corrida de Victorino Martín.
Termina el invierno, y con él se van cuatro meses de duro trabajo de Borja Jiménez por ser mejor torero, por superar la cota alcanzada en la pasada Feria de Otoño y por seguir llegando al aficionado a base de entrega. Esa es la palabra clave en su vida; esa es su filosofía diaria para intentar llegar a lo más alto.
Y es que Borja Jiménez ha tomado parte en más de medio centenar de actos, acompañando a miles de aficionados a lo largo y ancho de España -y también de Francia-. Por delante, y sobre el papel, una temporada de ensueño, pero en la que ahora empieza lo más difícil: consolidarse en la cumbre. Tres tardes en San Isidro, dos en la Feria de Abril y otra en la de San Miguel, Castellón, Valencia…
“No he descansado ni un solo día. Ni uno sólo. Si no había tentadero, había un acto con los aficionados; en todos los días de este invierno, absolutamente todos, no he dejado de pensar en el toro, que es mi vida. Y todo ello combinado con los entrenamientos con mi apoderado, Julián Guerra, y miembros de mi cuadrilla”, explica el torero de Espartinas días antes de trenzar el primer paseíllo de su temporada el próximo domingo en la Feria de la Magdalena de Castellón.
“Es una tarde bonita, en la que de nuevo podré empezar mi temporada con los toros que me han colocado donde estoy, y al lado de un torero de la tierra que merecía un sitio de privilegio en su plaza como es Paco Ramos. Estoy muy ilusionado por empezar así la temporada y seguirla en Valencia; hacer el paseíllo el 18 de marzo en la Feria de Fallas es algo soñado para mí también”, señala el joven espada.
Un 8 de octubre grabado en el alma de la afición venteña
La tarde del pasado 8 de octubre en Las Ventas quedará grabada en el alma de la afición venteña… y en la de Borja Jiménez, quien ha estado dando vueltas en su mente a esos tres toros cárdenos durante todo el invierno: “Es algo que siempre llevaré marcado en mi vida por ser el día que Madrid me lanzó con la corrida de Victorino; los toros tuvieron clase, pero no te permitían ningún fallo. Creo que pude sacar mucha parte del toreo que llevo dentro, pero aún me queda mucho por dar y por emocionar al público; Dios quiera que Madrid me pueda volver a ver en esa dimensión y mejor”.
Y es claro al defender que “mi carrera va dirigida a los distintos encastes, y no iré solamente a torear un tipo de toro. Seguiremos toreando esas ganaderías que hemos estado lidiando durante el 2023; aparte de las ganaderías de las figuras, me van a venir muy bien las otras”.
Y pone en valor que “el púbico de Madrid se ha entregado y ha respondido muy bien a mi toreo, y eso se lo tenía que devolver con creces anunciándome de nuevo con Victorino. También he pedido la de la Feria de Otoño, como ya dije este invierno. Rafael García Garrido ha dicho públicamente en varias ocasiones que era una apuesta personal suya y le estaré siempre agradecido por ello”. Aunque, asevera que “el que tiene la fuerza de verdad para mí es el aficionado, que es el que paga. Para mí, ser torero de Madrid es tan importante como ser figura del toreo”.
Sevilla, también en el alma… y en la mente
Sevilla ha tratado a Borja Jiménez como aquella tarde de Otoño merecía: toreará la corrida de El Parralejo y la de Victorino Martín en la Feria de Abril (esta última al lado de Roca Rey) y otra tarde de figuras en San Miguel: “Agradezco a la empresa el trato; Sevilla es un sueño para mí. El año pasado pude torear dos tardes, una en Feria y otra en el festival benéfico sustituyendo al maestro Morante y Ramón Valencia ha valorado lo que hice en Madrid”.
FOTO: Juan Andrés Viedma