Ruiz Miguel hace historia en Turín en la entrega del premio “Opera Taurina” del Club Taurino Italiano

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Miguel hace historia en Turín en la entrega del premio “Opera Taurina” del Club Taurino Italiano

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El pasado fin de semana el matador de toros Francisco Ruiz Miguel viajó a la ciudad de Turín para recibir el galardón

“Ópera Taurina” que el Club Taurino Italiano le entregó por su inimitable trayectoria en un acto en su honor al que asistieron

aficionados venidos de toda Italia. 

El premio (un minotauro en bronce creado por el gran artista florentino Silvano Porcinai) se otorga a matadores

retirados, ganaderos y personajes del mundo taurino.  En anteriores ediciones ha sido recibido por Santiago Martin “El Viti”,

la dinastía Victorino y Paco Ojeda. 

El Presidente del Club, Paolo Mosole, al hacer entrega del trofeo “Ópera Taurina” rememoró la historia de leyenda del

Maestro Ruiz Miguel por sus larga trayectoria profesional en la que mató 100 corridas de Miura, 89 de Victorino, 36 de Pablo

Romero a lo largo de su casi 1500 paseíllos en los que toreó demostrando poder, temple y gusto. También se destacó su

continua labor de promoción de la Fiesta en las escuelas taurinas y en las retransmisiones televisivas.

Club Taurino Italiano

El Maestro Francisco Ruiz Miguel recogió el trofeo reconociendo que “esta es para mí una ocasión histórica por estar

por primera vez en Turín y en Italia, que es algo que me emociona mucho. También por la calidad de aficionados que he

encontrado aquí y por el mérito que tiene vuestro Club especialmente en los tiempos que corren”. Y en una larga tertulia habló

de sus comienzos como lechero en la finca de Rafael Ortega y de su rocambolesco debut cuando por una apuesta con un

amigo se lanzó de espontaneo en un festival en la antigua plaza de Cádiz en el novillo de Paquirri. Tanto fue el revulsivo de

aquel día (su primera vez en una plaza de toros) que a las dos semanas ya estaba anunciado en un festival en Chiclana donde

salió en hombros a pesar de su escasísima experiencia y técnica.

A propósito de esto, dijo que “mientras la técnica se aprende, cosas como el temple o el arte solo se llevan dentro y

nadie las puede enseñar”.  Pero sus sacrificios y esfuerzos le hicieron llegar a ser figura y especialista de las corridas duras,

aunque esto, como ya le decía su maestro Rafael Ortega, “sea más difícil que comerse un gato vivo”.

Se recordaron sus grandes tardes, como la del toro “Gallero” de Miura al que en 1971 cortó un rabo en su primera

miurada en Sevilla y que fue uno de los mejores toros de su vida. O como un gran Victorino en Bilbao en 1974 al que, a pesar

de 10 pinchazos, cortó una oreja y dio dos vueltas al ruedo.

Pero también habló de las dificultades en su camino, como cuando su apoderado le dijo que sus 10 años de alternativa

le pesaban como una lápida y le recomendaba pensar en una retirada a pesar de sus triunfos recientes en Madrid. Esto sumió

al maestro en una profunda tristeza, pero fue también ocasión para encontrar a Pepe Luis Segura su nuevo apoderado que le

acompaño el resto de su carrera. También habló de las complicaciones de los toros que tenía que afrontar y de los percances

que sufrió (17 en total), aunque dijo “los toros que más me han castigado fueron los de las ganaderías llamadas “comerciales”

porque el toreo que se hacía era más de abandono y uno corría el riesgo de relajarse demasiado”.

Con respecto a las perspectivas de la Fiesta no se mostró muy optimista, sobre todo por el “animalismo imperante y la

falsa hipocresía” y echó en falta “un poco de compromiso más por parte de las figuras actuales”. Pero siempre tiene la ilusión

viva tanto que sigue muy vinculado al mundo del toro gracias a los alumnos de su escuela taurina que cuida y sigue con afecto

y generosidad.

A pesar de que “la primera retirada llegó demasiado pronto” (en 1989 tanto que tuvo que volver por las ganas que

todavía tenía de torear) y que “hubo algunas ideas de volver en Pamplona hace unos años”, ahora considera que su retirada

en 2015 en San Fernando fue “definitiva”.

Los aficionados del Club Taurino Italiano pudieron así conocer en primera persona a unos de los toreros más

importantes del último siglo, un verdadero Maestro que nunca olvidarán.

 

 

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