El Juli y Manzanares cortan tres orejas en el inicio de feria en Ciudad Real

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Los diestros Julián López «El Juli» y José María Manzanares cortaron tres orejas cada uno y salieron a hombros en el primer festejo de la feria de la Virgen del Prado de Ciudad Real, en el que Alejandro Talavante obtuvo también un apéndice.

FICHA DEL FESTEJO

Toros de El Vellosino, de presencia desigual. Peor presentados primero y segundo, mejor el resto. Nobles y manejables en general. Los dos últimos mansurrones y huidizos.

Julián López «El Juli», oreja y dos orejas.

José María Manzanares, oreja y dos orejas.

Alejandro Talavante, oreja y ovación.

En cuadrillas, Rafael Rosa saludó tras banderillear al tercero, y Juan José Trujillo hizo lo propio en el sexto.

Al finalizar el paseíllo, se guardó un minuto de silencio en memoria de Consuelo García, esposa del médico de la plaza de Ciudad Real, y de Felipe Fernández, jefe del servicio de mulilleros de este mismo coso ciudadrealeño, fallecidos recientemente.

La plaza registró más de tres cuartos de entrada en los tendidos.

A GORRAZOS

Buena entrada y entretenida corrida para abrir feria en Ciudad Real, con una terna curtida que anduvieron a gorrazos con una corrida a modo que resultó noble y manejable, a excepción del sexto, que fue más deslucido.

El Juli se las vio con un primero cómodo de pitones que fue protestado. Sin embargo, el madrileño acalló las voces con una faena inteligente, ayudando al toro y conduciéndolo a media altura sin molestarlo demasiado. Alcanzó cotas de mayor altura por el pitón derecho y mató a la primera de media arriba.

En su segunda faena salió arreado, sobresaliendo en su manejo del capote un vistoso quite por cordobinas rematadas con una especie de molinete con el capote.

La faena de muleta fue un tres en uno; comenzó citando con la mano baja pero vaciando por arriba; a continuación apretó por abajo alargando el viaje -y el toro respondiendo a esa exigencia-; y terminó con arrimón, culminando con estocada entera algo trasera que le granjeó el doble trofeo.

Sobrio y elegante, brilló Manzanares en el segundo, un toro chico que persiguió las telas con nobleza y ante el que el alicantino cimbreó cintura y metió riñones con su personal estética -sin bajar la mano, eso sí- para disfrute de los tendidos.

Sorpresivo resultó el trasteo en el quinto, un toro mansurrón que rehuyó las telas y que, sin embargo, rompió a embestir con codicia y por abajo en la muleta en el último tercio, circunstancia que aprovechó Manzanares para, de nuevo, llevarlo largo y enroscárselo a la cintura. Como colofón, estoconazo entero arriba, y dos orejas al esportón.

Talavante apechó con el pero lote. Su primero, altón y feote, embistió soso, lo que no impidió que el extremeño encendiera los tendidos en las dos primeras tandas. No obstante la faena fue a menos con un toro que punteaba y embestía deslucido.

El que cerró plaza pudo acusar la iluminación artificial de la plaza y resultó el de menores posibilidades del festejo. Aún así Talavante comenzó de rodillas metiendo a los tendidos en la faena, la cual, igual que en su primero, fue a menos, fallando a espadas en última instancia.

Agencia EFE

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