El Juli por la grande en Badajoz

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El Juli cortó las dos orejas del quinto y una oreja al segundo de la tarde, con hierro de Domingo Hernández, Roca Rey paseó un trofeo y Morante se fue de vacío

El diestro Julián López «El Juli», con tres orejas, salió a hombros en el primer festejo de la feria de Badajoz, en el que el peruano Andrés Roca Rey logró un apéndice y José Antonio «Morante de la Puebla» se fue de vacío con el peor lote.

Ficha de la primera de la feria de San Juan

Dos toros de Domingo Hernández (segundo y tercero) y cuatro de Garcigrande, justos de raza y ritmo, aunque nobles y manejables para los toreros. Destacó el quinto y, en parte, el segundo.

José Antonio «Morante de la Puebla», de vainilla y oro: pinchazo, media atravesada, dos descabellos, pinchazo, tres pinchazos hondos y media (bronca tras aviso); y dos pinchazos, otro hondo atravesado y descabello (silencio tras aviso).

Julián López «El Juli», de verde botella y oro: estocada trasera y desprendida, y descabello (oreja); y estocada (dos orejas).

Roca Rey, de sangre de toro y oro: media y estocada (ovación); y estocada (oreja).

En cuadrillas, destacó José Antonio Carretero en la lidia del primero.

La plaza registró algo más de tres cuartos de entrada.

EL JULI GOLPEA PRIMERO

Ante una desigual corrida de los dos hierros salmantinos, El Juli levantó una tarde que iba por el despeñadero por la ausencia de raza de un encierro que pecó también de desigualdad en sus hechuras, y del que solo se salvó el buen quinto, y, en parte, el también el segundo.

Morante tuvo dos toros imposibles pero se mostró muy desconfiado con los aceros, mientras que Roca Rey disfrutó de la bondad pero muy poca transmisión del toro que cerró el festejo, al que cortó una postrera oreja.

Toro muy deslucido el primero de Morante, terciado y de poco recorrido, perdió las manos en el caballo y en la muleta fue todo un paradigma del astado sin raza. Topaba y no se desplazaba. El torero lo intentó pero no pudo. Sinete con la espada y bronca subsiguiente.

También era terciado y abanto de salida fue el cuarto pero Morante corrigió su poca entrega cuando le sacó los dos brazos por alto en las dos verónicas iniciales, para seguir ya embraguetado con el animal y rematar con una hermosa media verónica.

Fue ese un animal también deslucido, que pronto se vino a menos. Hasta entonces, lo único destacable fue el comienzo de faena, con dos bellos ayudados por alto. Mal nuevamente con la espada, Morante fue silenciado.

El primero de El Juli fue toro muy reunido, de generoso cuello pero no sobrado de fortaleza. Se dio cuenta rápido el torero de las posibilidades del animal, al que recibió con verónicas de mano baja, ganándole terreno hacia los medios.

Faena a favor del obra, con un inicio de rodilla genuflexa, ayudándolo a ir hacia delante, para después fundamentar su trasteo sobre el excelente pitón derecho del de Domingo Hernández, con series en redondo de mucha suavidad. Paseó la primera oreja de la tarde.

Mucho más basto que sus hermanos fue el quinto, pero, lo que son las cosas, tuvo clase tanto en el capote como en la muleta, a la que llegó galopando y con recorrido. Pronto lo vio el madrileño, que le llevó largo por ambos pitones en series logradas.

Con el toro a menos, llegó el toreo de cercanías, que caló en los tendidos, por lo que tras un espadazo fulminante, paseó dos orejas.

Por hechuras también prometía el primero de Roca Rey, que se abría en exceso en el capote. Tomó un puyazo y llegó franco al último tercio, pero sin fuelle y con nula transmisión. Faena un punto desigual del peruano por el poco ritmo del animal, iniciada por alto y seguida con las dos rodillas en tierra, pero el animal no permitió el lucimiento.

Al sexto lo recibió de forma heterodoxa Roca Rey con el capote, alternando verónicas, chicuelinas y larga. Quite por tafalleras, con una saltillera y dos gaoneras. Es la esencia de este torero, de más impacto que pureza en el primer tercio.

Faena de largo metraje ante un animal que, aunque noble, se vino a menos. Series primero en redondo por ambos pitones tirando del astado, y al final en terreno muy de cercanías. Como mató de un espadazo fulminante paseó oreja.

Agencia EFE

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