El 1 de noviembre de 1986, en las arenas del ruedo de Arcos de la Frontera (Cádiz), Jaime Ostos se vistió de luces por última vez
El matador de Jaime Ostos Carmona, Jaime Ostos en los carteles, nacido en Écija (Sevilla) el 8 de abril de 1933 fallece en Colombia el 8 de enero de 2022
El día 1 de junio de 1952, en la plaza de su pueblo natal, se enfundó su primer terno de luces. El 5 de abril de la temporada siguiente, en las arenas de Osuna (Sevilla), hizo su debut en un festejo picado; sin embargo, no se presentó ante la afición de la Villa y Corte hasta el 23 de junio de 1955.
Tras una aplaudida progresión por el escalafón novilleril, el día 13 de octubre de 1956, en el trancurso de la Feria del Pilar, compareció ante la afición maña dispuesto a tomar la alternativa. Fue su padrino de alternativa el coletudo onubense Miguel Báez y Espuny (“Litri”), quien, en presencia del espada rondeño Antonio Ordóñez Araujo, que hacía las veces de testigo, le cedió los trastos con los que había de dar lidia y muerte a estoque a un toro perteneciente a la ganadería de don Antonio Urquijo.
En 1957, todavía sin haber confirmado su alternativa en el primer coso del mundo, toreó treinta y ocho corridas por las diversas plazas españolas, para pasar a Hispanomérica al finalizar la temporada. Allí se vistió de luces en Colombia y en Perú, e inició el año de 1958 toreando de nuevo en tierras colombianas. Precisamente éste fue el año en el que se presentó en las arenas de la plaza Monumental de Las Ventas (Madrid) para confirmar su doctorado en tauromaquia, concretamente el día 17 de mayo, durante la celebración del ciclo isidril. Venía, a la sazón, apadrinado por el matador madrileño -aunque nacido en Caracas (Venezuela)- Antonio Mejías Jiménez (“Antonio Bienvenida”), quien, bajo la atenta mirada del diestro toledano Gregorio Lozano Sánchez (“Gregorio Sánchez”), le facultó para dar lidia y muerte a estoque al astado Famosito, perteneciente a la vacada de don Juan Cobaleda. Al término de esta temporada de 1958, Jaime Ostos sumaba un total de cincuenta y cuatro contratos cumplidos durante dicho año.
En la campaña de 1959 firmó setenta ajustes, sesenta en la temporada siguiente, cincuenta y seis en la 1961, y setenta y nueve en la de 1962. Cuando parecía que su brillante ascenso le estaba preparando para acabar ocupando los primeros puestos del escalafón de matadores, en la campaña de 1963 se encontró con la sañuda ferocidad del toro Nevado, marcado con el hierro de Ramos Matías y Hermanos; el cual, el día 17 de julio, en el transcurso de un festejo que se verificaba en las arenas de Tarazona de Aragón (Zaragoza), le infirió una grave cornada que a pique estuvo de ser fatal. Así las cosas, Jaime Ostos acabó la temporada de 1963 con tan sólo veinticinco corridas lidiadas.
No obstante, durante la siguiente campaña recuperó su lugar de privilegio entre las figuras de mayor relieve, como lo prueban los sesenta y tres ajuste que cumplió aquel año. En 1965 alcanzó la cifra de setenta y tres, pero a partir de esta temporada comenzó a limitar el número de sus actuaciones. En efecto, en 1966 participó en cincuenta y tres festejos, para ir reduciendo esta cifra progresivamente en las siguientes campañas. En 1967, año en el que toreó muy poco, recibió la Cruz de Beneficencia en las arenas de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. En la temporada siguiente mató veintisiete corridas, y sólo intervino en doce durante la de 1969. Las campañas de 1970 y 1971 pasaron sin pena ni gloria para el ya dilatado historial de su carrera taurina, ya que sólo lidió seis festejos en la primera, y uno en la segunda.
La ilusión de Jaime Ostos parecía rebrotar en la temporada de 1972, al cabo de la cual había intervenido en treinta corridas; pero, tras cumplir veinte contratos en 1973, anunció su retirada del toreo activo en la campaña de 1974, en la que sólo toreó el festejo de su despedida. Después de un par de años sin pisar un ruedo, el gusanillo de la afición le llevó a vestirse otra vez de luces en 1977, año en el que sólo firmó ocho ajustes. Este menguado número de ofertas le aconsejó una nueva retirada, de la que salió otra vez en 1980, para dar lidia a doce lotes. Y aunque se retiró de nuevo aquel mismo año, volvió a reaparecer el día 6 de septiembre de 1985. El 1 de noviembre de 1986, en las arenas del ruedo de Arcos de la Frontera (Cádiz), Jaime Ostos se vistió de luces por última vez, para apadrinar a un curioso toricantano, Rafael Sañudo (“Fray Gaditano”). A partir de entonces, Ostos sólo ha vuelto a ponerse delante de un astado cuando se ha solicitado su colaboración en festivales benéficos.
Fuente mcnbiografias.com