Héctor Gutiérrez destacó con el segundo de su lote, al que consiguió cortarle una valiosa oreja, cerrando así su historia como novillero en una plaza donde vivió la cara y cruz. A este novillo, “Chilaquil”, de 451 kilos, el hidrocálido se adornó por chicuelinas, comenzando su labor con un temerario cambiado por la espalda, asentado y con despaciosidad templó por pitón derecho, construyendo así una faena con clase donde se conjugó la calidad del astado de Marrón. Al tirarse a matar fue prendido, y sin mirarse la ropa, regresó para recoger su valioso trofeo. “Chilaquil”, fue merecedor del arrastre lento.
Para Sebastián Ibelles, con su primero, “Pastor”, al que pudo cuajarle muletazos de calidad, dejando lo mejor de su trasteo por el pitón derecho, series muy templadas por lo que saludó en el tercio. Con su segundo, desafiante con las gaoneras, y de rodillas, con la entrega y disposición comenzó su faena. Los muletazos que ha podido extraer se han firmado con el sello propio de este novillero que sin duda dejó tardes de gran importancia en este ruedo. Al finalizar el festejo fue silenciado.
Para Julián Garibay la prueba fue superada en la tarde de su presentación, con su primero, faena poderosa, solvente, resolviendo con técnica lo que por delante tuvo, siendo aplaudido. Con el cierra plaza se jugó el todo por el todo, de rodillas comenzó su faena, así, sin miedo a nada, y a pesar de no tener materia para el lucimiento estuvo voluntarioso en todo momento.
Ficha del festejo:
Novillos de la Ganadería de Marrón.
Héctor Gutiérrez: Salida al tercio / Oreja y el novillo “Chilaquil” de Marrón premiado con arrastre lento.
Sebastián Ibelles: Salida al tercio / Silencio.
Julián Garibay: Palmas / Palmas.