Emilio de Justo y Adame a hombros en Jerez de los Caballeros

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Nobleza sin alma y entrega sin eco.

La plaza de toros de Jerez de los Caballeros vivió una tarde de nobleza y entrega, aunque sin el aliento necesario en los tendidos para elevar el tono. Emilio de Justo, que entró en el cartel en sustitución de Morante de la Puebla, dio la cara con oficio y clase, mientras que Tomás Rufo fue quien dejó el poso más torero. Luis David Adame, pese a los trofeos, se mostró por debajo de sus dos oponentes.

 

Con menos de media entrada y una corrida de Domingo Hernández muy noble pero carente de transmisión, el resultado final quedó en manos del temple y la disposición de los espadas.

Emilio de Justo mostró desde el principio que venía a honrar la sustitución. En su primero se impuso desde el saludo a la verónica. Aunque el toro salió suelto del caballo y manseó, logró meterlo en los medios para firmar tandas por la derecha con firmeza y naturales de buen trazo. Estocada entera y dos orejas.

En su segundo, volvió a lucirse a la verónica y remató con una media a pies juntos. Tras dos pares de banderillas, comenzó una faena sincera y pausada, donde brilló con la zurda y conectó con la diestra. Pese a un pinchazo, remató con estocada y cortó nuevamente dos orejas.

Luis David Adame, más vistoso que profundo, no logró redondear. En su primero intentó fijar sin éxito al toro, aunque se lució en un quite con sabor mexicano. Inició de lejos, y encontró recorrido por el pitón derecho, pero sin someter. Bernardinas para cerrar, estocada caída recibiendo y otras dos orejas.

El quinto fue un toro con presencia y opciones, pero Adame optó por una faena basada en florituras y muletazos sueltos. No lo entendió por el izquierdo. Estocada, y nuevamente dos orejas sin mucha rotundidad.

Tomás Rufo, el más joven del cartel, fue el que toreó con mayor despaciosidad y pureza. Su primero lo templó desde el capote hasta una faena ligada y armoniosa al natural. Remató con media y descabello para una oreja.

El sexto le permitió lucirse de nuevo a la verónica y en los medios, de rodillas, inició con una gran tanda por la derecha. Faena compacta por ese pitón, exprimiendo al toro, aunque el pinchazo previo le redujo el premio a una ovación desde el tercio.

Balance final: Emilio de Justo y Tomás Rufo firmaron lo más serio y torero, mientras que Luis David Adame se llevó cuatro orejas sin terminar de cuajar a sus toros. La presidencia, generosa en trofeos, no mantuvo un criterio firme, y el público, tibio, no acompañó con pasión una tarde de entrega y nobleza sin emoción.

Plaza de toros Jerez de los Caballeros (3ª): menos de media plaza. Toros de Domingo Hernández: noble pero carente de transmisión.

Emilio de Justo (que sustituye a) Morante de la Puebla: dos orejas y dos orejas.

Luis David Adame: dos orejas y dos orejas.

Tomás Rufo: oreja y saludo.

Crónica y Galería fotográfica: Ismael Rodríguez

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