Perera indulta al cuarto toro de la tarde en Latacunga, un extraordinario toro de la dehesa de Huagrahuasi. Por su parte Morante de la Puebla tuvo que salir a pie con las manos vacías, pero recibió el fuerte cariño de la afición ecuatoriana. El nacional Álvaro Mejía quedó en silencio tras mostrar la falta de oficio con la espada.
Con un retraso sobre la hora anunciada, por la mala temperatura que acompañó la tarde de hoy, se dio inicio a la feria “San Isidro Labrador”, en la plaza que lleva el mismo nombre, ubicada en la ciudad de Latacunga, centro andino del Ecuador.
Morante de la Puebla, con un traje cereza y azabache con bordados azules (representando a la bandera de Puebla del Río), vestido que le trajo grandes triunfos en esta temporada.
Miguel Ángel Perera lució un vestido naranja y oro, con bordados en blanco. Cerrando el cartel estuvo el rejoneador nacional Álvaro Mejía, quien lució un traje corto de tonalidad gris y chaparreras color café.
Abrió plaza y feria el diestro sevillano Morante de la Puebla, quien tuvo un saludo capotero con lances de verónica un tanto movidos. Con dos puyazos medidos, el encargado de ejecutar el tercio de varas fue el varilarguero Hernán Tapia, el más experimentado en Ecuador.
En muleta, Morante pidió el permiso correspondiente a la autoridad e inició la lidia con muletazos por el pitón derecho; ya en los medios, toreó al natural generando una tanda de toreo en redondo que permitió ver las cualidades del toro que tenía una embestida fija y noble, con buen trapío, aunque no remataba bien cada muletazo. El astado mostró mañas al final de la lidia, por lo cual el diestro ejecutó la suerte suprema con categoría y buena colocación. El toro se amorcilló y resistió tiempo sin dejarse caer.
Miguel Ángel Perera tuvo a su cargo el segundo de la tarde ante un antagonista de capa negra proveniente de Huagrahuasi, propiedad de José Luis Cobo. El diestro extremeño fue en busca del toro para realizar su saludo capotero con verónicas movidas. El toro tuvo poco recorrido y se mostró un tanto distraído. El tercio de varas lo realizó el picador español Francisco Doblado, hombre de confianza de Perera.
El torero brindó a Emilio Torres, amigo personal del diestro y con quien ha convivido en el Ecuador. Empezó la lidia con pases por derecha sin bajar mucho la mano, midiendo la embestida del toro, consciente de que carecía de fuerza. Continuó por el pitón derecho toreando en redondo con una tanda bien ligada, a pesar de las protestas del astado que levantaba la cabeza constantemente. Por izquierda, el extremeño se vio limitado, pues el toro presentó menor recorrido con el paso de la lidia. La técnica y temple del español le permitieron lograr mejores series de muletazos bien rematados con forzado de pecho. Se descalzó Perera por las condiciones de la arena, a la par de una lidia que fue de menos a más por ambas manos, ante una mente privilegiada en la que el diestro ha sabido interpretar los requerimientos del astado para así expresar su arte. Pinchazo, pinchazo hondo y falla con el descabello. Primer aviso. Descabello efectivo y palmas.
El tercero en orden de la lidia correspondió a Morante de la Puebla, quien lo recibió con verónicas a pies juntos llevando al astado a los medios; cabe aclarar que el diestro salió descalzo a la arena. El varilarguero Braulio Almeida cumplió con el primer tercio mientras el toro se dormía en el peto. Morante realizó el quite por chicuelinas avivando el “Olé” en los tendidos. Sin destocarse el diestro de Puebla del Río, empezó la lidia con pases por alto, llevando al toro hacia los medios para realizar una muy buena serie de muleta con la mano izquierda. Prosiguió su labor por el pitón diestro dando grandes muestras de técnica y torería. Una tanda al natural para finalizar en un acertado cambio de mano por la espalda. Quedó desarmado unos instantes el torero sin ningún peligro. Dio claras muestras de oficio bien aprendido toreando por el pitón izquierdo. Se adornó con molinetes de rodillas rematando la faena a su único estilo. Falló con la espada que estuvo tendida, recibió así una fuerte voltereta que lo dejó bastante sentido. Media estocada bastante defectuosa, tres intentos fallidos con el verduguillo y el cuarto descabello acertado dieron fin a su faena. Ovación y vuelta al ruedo. Vuelta al ruedo para el toro.
El cuarto de la tarde fue para Miguel Ángel Perera, toro de capa negra y el más pesado de todos los astados con 510 kilogramos. Un saludo capotero en los medios con temple y técnica en lances de verónica. El tercio de varas fue corto pero contundente. Perera realizó un quite por chicuelinas; brindó al respetable y empezó de muleta con cambiados por la espalda, manteniendo quietud en el centro de la arena. Ligó la tanda de muletazos por el pitón derecho, demostrando gran técnica y temple. La serie siguiente dejó ver el gran oficio del extremeño que generó buena transmisión con los tendidos. Naturales de temple, dando el espacio justo al astado que mostró sus grandes cualidades y permitió el lucimiento del diestro español. El tendido exclamaba varios “Olé” y disfrutaba del arte de Perera que supo ligar tanda tras tanda toda la lidia. La faena fue de menos a más con un toro de grandes cualidades, fijeza, profundidad y trapío, que caracterizaban a este astado que complementaba su buena presencia con nobleza y humillación en la embestida. Perera tomó la espada en medio de una fuerte petición de indulto. Se adornó con un molinete invertido y toreando en circular, consiguiendo de aquella forma el indulto. Señaló con la mano y se hizo acreedor a dos orejas y rabo simbólico.
El último de la tarde se lo asignó al rejoneador Álvaro Mejía, a quien correspondía un solo toro, proveniente de la ganadería de Santa Rosa, encaste Baltasar Ibán, propiedad de José Luis Bruzzone. Como marca la tradición, antes de empezar brindó el toro al ganadero y empresario José Luis Cobo. En montura de “Fandiño”, un lusitano de color chocolate, colocó de gran forma 2 rejones de castigo y sobre el final del tercio colocó un tercero, cosa poco común en los cánones taurinos. Cambió de monta por “Bolero” para iniciar el tercio de banderillas. Al son del emblemático “Chulla Quiteño” colocó el primer rehilete al quiebro, bajo la misma suerte colocó un total de 4 farpas. El tercer caballo de la lidia fue “Torero” mismo que repitió la colocación de 3 garapullos largos al quiebro; a la monta de “Cigarrero” colocó 3 banderillas cortas pegado a tablas. En el mismo caballo colocó un rejón de muerte entero ubicado en buen sitio. La falta de efecto obligó al uso del descabelle que requirió de varios intentos mientras sonaba el primer aviso. Tras un tiempo de espera a ver si doblaba el toro, llegó el segundo aviso. Palmas.
Con toros de Huagrahuasi y Triana la feria San Isidro Labrador continúa mañana a las 12:30 hora de Ecuador, 18:30 hora española. Los actuantes para el segundo festejo serán David Fandila “El Fandi”, Antonio Ferrera y Daniel Luque, todos ellos diestros españoles.
Crónica: Francisco Racines.