La imagen del padre de torero y al mismo tiempo apoderado se nos viene a la mente algunos ejemplos no muy lejanos como fueron el de Luis Miguel Dominguín y donde todos sus hermanos fueron apoderados por su padre Domingo González “Dominguín”, Juan Bautista por el recordado Luc Jalabert, El Juli por Julián López, José Miguel Arroyo “Joselito” por su padre adoptivo Martín Arranz, Víctor Puerto por su padre del mismo nombre y apellido…
Desdelcallejon ha querido conocer a la otra persona que es parte importante de la etapa taurina del torero, siempre estando por detrás en un segundo plano pero con una labor tan importante como imprescindible.
Junto a ellos se une el nombre de Blas García que además de sufrir y hacer de padre también es apoderado y por partida doble. Hace unos años dirigió la carrera de Álvaro García torero que llegó a tomar la alternativa con un cartel de lujo como fue de manos de José María Manzanares y Roca Rey con toros de Victoriano del Río. Blas trabaja duro a diario con el fin de poder llevar a la cima del toreo al pequeño, Diego García.
A punto de cumplir los 22 años de edad, Diego llega a la alternativa después de una carrera como novillero plagado de triunfos, siendo líder del escalafón y abrir la Puerta Grande de Las Ventas en 2022, aparte de triunfar en plazas de categoría como Valencia, Nimes, Zaragoza, Algeciras y ser uno de los nombres importantes de cara a la temporada 2023 en la que ha dejado buen sabor de boca de nuevo en Madrid y Sevilla, cosechando premios como San Sebastián de los Reyes, Galapagar, Cebreros, Íscar, Lodosa, Pedrajas de San Esteban, Almorox, Pozoamargo…
— ¿Desde cuándo eres apoderado de Diego García?
Desde que comenzó con siete años en la escuela taurina, no ha tenido ningún otro apoderado. Desde becerrista, pasando por novillero con y sin picadores, hasta la actualidad de llegar a ser matador de toros.
— ¿Qué balance haces de la temporada 2023 de Diego?
Pues un balance muy positivo e importante, por cómo se ha desarrollado la temporada y de la forma que ha ido creciendo profesionalmente. Las sensaciones han sido muy buenas, si la espada al principio hubiese funcionado mejor estaríamos hablando de premios en muchos más sitios. Diego ha dado una gran dimensión y ha demostrado estar listo para este año ya como matador de toros enfrentarse a ese nuevo reto.
— Este 2024 va a ser el primer año de Diego como matador de toros. ¿Cómo la afronta el torero? ¿Qué planes tenéis?
Con muchísima ilusión, hay que tener en cuenta que ahora empieza una nueva etapa y sabe que a lo que se enfrenta es mucho más duro. Pero para eso lleva tanto tiempo entrenando y sacrificándose, estar arriba es su sueño y luchará por el tenerlo por seguro.
Los planes son confirmar en Madrid que se lo ha ganado a pulso, salir por su puerta grande y volver siempre que la empresa se lo ha solicitado (incluso 15 días antes de tomar la alternativa) sin volverle la cara y con todo tipo de divisas, por eso digo que se lo ha ganado y la plaza lo espera. Es un torero madrileño y al que la gente sigue y quiere.
Después quisiéramos poder entrar a formar parte de la Copa Chenel, al igual que en el circuito de novilladas (en el que llegó a la final) podrán ver a un torero que sabe lo que quiere y lo que está dispuesto hacer por ello.
— ¿Se respeta esa imagen de apoderado independiente, resulta difícil abrirse camino?
Ser apoderado independiente lo sabe todo el mundo es añadir un plus de dificultad al asunto, el camino de la independencia es no casarse con nadie y ser muy respetuoso con todo el mundo, siempre cumplir con la palabra que das y tener claro que lo más importante es defender a tu torero. El respeto tienes que ganártelo igual que el torero en el ruedo.
Partiendo de esa base los números te cuentan que los toreros importantes lo han sido con apoderados independientes.
Yo creo que al mismo tiempo no se puede apoderar a más de un torero, ya que te tienes que dedicar a él en cuerpo y alma. Ser exclusivo para uno, ya que con varios toreros al mismo tiempo no lo puedes hacer por igual y ahí vienen los celos.
— ¿Cómo haces las negociaciones? ¿En qué te basas?
Lo primero a negociar siempre es el toro, después las fechas y lo último el dinero a cobrar. Todo esto según la fuerza que tenga el torero en ese momento y para eso es primordial saber cómo es ese momento, lo que demanda el aficionado. Las decisiones han de ser firmes, eso es fundamental para tomar ciertas determinaciones en algún momento.
— ¿Cómo se lleva esa parte de padre y apoderado?
No es fácil, pero desde el primer día lo hemos tenido claro. En casa, padre e hijo, en la calle, apoderado y torero. No debemos mezclar y hasta ahora lo estamos consiguiendo, porque si no en casa la conversación sería la misma siempre y el torero tiene que tener vida privada, que su mente esté descansada y pueda disfrutar de otras cosas. Hay que quitar presión dentro que fuera ya tiene bastante. Conocer al hombre y al torero es fundamental.
— Hacer un matador de toros es muy difícil, ¿hacer dos ya tiene que ser…?
En los momentos que atraviesa la tauromaquia hacer un matador de toros es un milagro, pues imagínate llegar hacerlo con dos. Lo único es que con el segundo ya has aprendido mucho más por todo lo que ya has vivido anteriormente. Ya ayudé a otros novilleros sin caballos en su momento y la verdad es que quien es buen apoderado es el torero mismo.
Si el torero está dispuesto a todo lo que llega y lo afronta de verdad, cuando llega la oportunidad y la aprovecha, llega el triunfo y entonces ya para el apoderado es más fácil, digamos. Pero si ha sido muy difícil, más de lo que la gente pueda imaginar, y hasta ahora nos ha merecido la pena. Los malos ratos que los hay y mucho nos ha hecho más fuertes y hemos podido disfrutar mucho más de los buenos.
— ¿Se asemeja el concepto del toreo de Diego al de su hermano Álvaro?
Ambos son diferentes la verdad, a Diego la afición no le ha podido ver del todo aún en su faceta de torero puro que lleva dentro, poderoso y con arte, en la época de novillero lo que el público quiere ver es un torero que arrolle y se deje matar siempre. Aunque Madrid, Sevilla, Valencia y otras muchas plazas ya han saboreado parte de su arte. Todavía le queda mucho por crecer y ofrecer a la afición, incluso a los más exquisitos y exigentes.
Álvaro es un torero “tocado” con la varita mágica de los elegidos, como bien pudo demostrar en su momento de novillero junto a toda una gran camada de toreros con los que fue un novillero puntero, Roca Rey, Ginés Marín, Pablo Aguado, Álvaro Lorenzo, Varea, Miguel Ángel Silva, Clemente, José Garrido, Galdós….
La desgracia se cebó con él en forma de cornadas y lesiones, él nunca ha dicho adiós definitivamente y aunque tiene su vida encauzada es muy joven y nunca se sabe.