Los diestros Aníbal Ruiz, que cortó tres orejas y un rabo, y Manuel Escribano, que paseó tres apéndices, salieron a hombros en la corrida celebrada hoy en Tomelloso (Ciudad Real) a beneficio de las varias entidades locales, y en la que sobresalieron también los toros de El Ventorrillo.
Un año más, y van siete, Tomelloso albergó una corrida de toros a beneficio de distintas entidades locales en las que Tauromaquia y solidaridad fueron, como tantas otras veces, de la mano.
Aníbal Ruiz inició la temporada de su reencuentro con un toro que se dejó aunque no se empleó por abajo, además de puntear levemente. Por el derecho faltó ajuste, y por el izquierdo hubo entendimiento en una muy buena tanda, con naturales largos y templados, si bien ese acople no se repitió con tanta intensidad posteriormente. Mató de estocada muy baja, lo que no impidió que cortara una oreja.
En cuarto lugar saltó Guindaleto, un toro de magníficas hechuras de pelo colorado que embistió con emoción y bravura a las telas que le ofreció un Aníbal Ruiz, que tiró de garra en un primer momento, y que se apaciguó levemente según avanzó la faena.
El alcazareño tuvo el mérito de no ser desbordado y de esperar a que el de El Ventorrillo metiera la cara para conducirlo a media altura hasta el final por los dos pitones. Fue un trasteo en el que hubo compromiso y más épica que arte. Una tímida petición de indulto no cuajó, cobrando una estocada entera desprendida que no fue óbice para pasear los máximos trofeos con el público entregado.
Manuel Escribano le pegó pases de todos los colores al segundo, un ejemplar encastado que tuvo prontitud y un muy potable pitón izquierdo, y cuyo balance en cuanto a calidad de los muletazos fue deficiente. Sin embargo una eficaz estocada le granjeó el doble trofeo.
El quinto remató mucho en tablas y sufrió una voltereta que pareció mermar su buena condición, queriendo humillar y perseguir la muleta con temple, pero sin poder hacerlo en plenitud, terminando muy apagado. Lo despenó de buena estocada entera arriba.
De las manos de David Mora salió, con diferencia, el mejor toreo de capote de la tarde, tanto en el tercero como, sobre todo en el sexto. El tercero, manso encastado que tan solo aguantó la pelea (y bien por fugazmente por el pitón derecho) durante tres tandas para, a continuación, rajarse y ceñirse peligrosamente por el izquierdo. Lo cazó muy decorosamente a la segunda.
En la faena al muy buen sexto hubo pasajes de cadencia algo desdibujada por esa antinatural postura que desde hace un par de años adopta el torero madrileño, muy inclinado sobre el toro, no se sabe si por gusto o por necesidad debido a las secuelas producidas por la tremenda cornada sufrida en Madrid hace unos años. El toro tardó en echarse, quedando el premio final en singular.
FICHA DEL FESTEJO.-
Toros de El Ventorrillo, bien presentados. Manejable, el primero; encastado, el segundo; manso encastado por momentos, el tercero; el cuarto, número 28, de nombre Guindaleto, fue premiado con la vuelta al ruedo; el quinto tuvo una gran clase pero muy a menos por una voltereta; y de gran calidad el sexto.
- Aníbal Ruiz: oreja y dos orejas y rabo.
- Manuel Escribano: dos orejas y oreja.
- David Mora: silencio y oreja.
La plaza registró casi media entrada.