Juan Miguel cortó una oreja mientras que Guillermo Valencia y Rafael Serna fueron herido en una muy notable novillada de Guadaira.
La ganadería de Guadaira lidió hoy una gran novillada en Las Ventas, en una tarde en la que Juan Miguel cortó una «orejita» de poca entidad, mientras que el colombiano Guillermo Valencia y el debutante Rafael Serna sufrieron sendas cornadas, la del segundo de ellos de mayor consideración.
FICHA DEL FESTEJO
Novillos de Guadaira, excelentemente presentados y, aún con sus matices, de buen juego en conjunto. Destacaron primero y, sobre todo, el cuarto, ovacionado en el arrastre.
Juan Miguel, de celeste y oro: estocada caída saliendo trompicado (ovación); y estocada (oreja).
Guillermo Valencia, de blanco y oro: pinchazo, estocada baja que asoma y descabello (silencio tras aviso); y pinchazo saliendo por los aires, casi entera y descabello (silencio tras aviso).
Rafael Serna (nuevo en esta plaza), de berenjena y oro: dos pinchazos, casi entera atravesada y cinco descabellos (silencio tras aviso); y pinchazo saliendo cogido; remató su actuación Juan Miguel de un descabello (ovación que recoge la cuadrilla).
En cuadrillas, Christopher Fourcart saludó tras banderillear al tercero.
En la enfermería están siendo intervenidos Guillermo Valencia de una herida en el escroto, y Rafael Serna de una cornada fuerte en el muslo derecho.
La plaza registró un quinto de entrada en tarde de calor.
UN TRISTE FINAL
Hubo que esperar a que San Isidro llegara a su fin para ver una novillada de categoría. Qué pedazo de encierro lidió la ganadería de Guadaira en Madrid, excelente de presentación y muy interesante en cuanto a comportamiento, con varios utreros de bandera. Enhorabuena, por tanto, al ganadero. Eso lo primero.
Pero la tarde, y pesar de la «orejita» amable que cortó Juan Miguel, estuvo condicionada fundamentalmente por las cornadas que sufrieron tanto Guillermo Valencia como el debutante Rafael Serna, tremenda la de este último al entrar a matar al sexto novillo de la función. Un triste final para una tarde que pudo y debió haber tomado otro camino bien diferente.
El que sí se subió al carro del triunfo, o, mejor dicho, del triunfalismo fue Juan Miguel, que sorteó un lote de lío, sobre todo el cuarto, muy noble, y de dulces y enclasadas embestidas, al que el madrileño pegó pases templados e hilvanados, que no fueron suficientes para estar a la altura de tan buen antagonista.
Pero como entró la espada le premiaron con una oreja, que, ya está dicho, no fue justo premio a los méritos contraídos por Juan Miguel, que, sin estar mal, tampoco estuvo tan bien.
En su primero, que también fue cumbre, lo único que se le puede anotar a Juan Miguel fueron los ocho pases de rodillas engarzados con los que abrió una faena a la que le faltó armazón y mejor planteamiento, ya que nunca bajó la mano, no se hizo con la velocidad de la codiciosa embestida del utrero y también faltó limpieza.
El que sí convenció fue el debutante Rafael Serna, y lo hizo por el sentido el temple que tiene, y el gusto y el buen estilo que también atesora. Es muy nuevo, sí, y se le ve que tiene aún cosas que pulir, también, pero las cualidades que ha dejado entrever en su presentación en la capital hacen presagiar un prometedor futuro.
La manera de doblarse por abajo, cambio de mano incluido, en el prólogo de su primera faena fue una muestra de ello. Luego a la faena, aunque le faltara la unidad y la continuidad que tampoco tuvo el novillo en sus acometidas, sin embargo, contó con pasajes más que notables sobre ambas manos, aunque al final lo acabara echando todo por la borda al atascarse con los aceros.
En el sexto volvió a encandilar Serna con otra faena condimentada con torería, cadencia y regusto. Qué bien torea este joven sevillano, torero con sello propio, artista y de mucha calidad. La mala suerte fue que al entrar a matar el novillo le cazó de lleno en el muslo derecho, tiñiendo de sangre su esperanzador debut en Madrid.
El colombiano Guillermo Valencia sorteó en primer lugar un novillo que se movió pero soltando mucho la cara, y con el que no acabó de acoplarse en una faena sin relieve y excesivamente larga.
El quinto fue más sosito, pero tampoco es que Valencia lograra poner esa chispa de más, quedando todo en otra anodina y discreta actuación de no haber sido por la cornada que se llevó en el escroto en la suerte suprema.
Javier López EFE
Partes MÉDICOS
Parte medico de Guillermo Valencia, el novillero de Colombia fue corneado en el quinto de la tarde
«herida por asta de toro en escroto con una trayectoria de 10 centímetros que contusiona uretra y alcanza pubis. Es intervenido quirúrgicamente en la enfermería de la plaza de toros. Pasa al hospital San Francisco de Asís con cargo a la Fraternidad. Pronóstico grave”.
El sevillano Rafael Serna Cogido por el Sexto
«herida por asta de toro en tercio medio cara interna del muslo derecho con rotura de vena safena y femoral, que contunde arteria femoral y nervio crural con ausencia de pulso en arteria pedia, contornea fémur y alcanza cara externa del muslo. Es intervenido quirúrgicamente en la enfermería de la plaza de toros. Trasladado a la Clínica San Francisco de Asís con cargo a la Fraternidad. Pronóstico: Muy grave».