Se calcula que se han publicado alrededor de 400 libros más o menos extensos, y más o menos bien documentados, sobre Manolete. Naturalmente no los he leído todos, pero si he leído alrededor de 30 de los más conocidos, y diría que los mejores, aunque también alguno de los peores.
Y me llama la atención que una parte de ellos cargan en exceso las tintas más que en el Manolete torero (como era su toreo, lo que aportó, lo que representó), o en el Manolete hombre (su personalidad, su integridad, su solidaridad con los necesitados, su caballerosidad, etc. ), en su relación con Lupe Sino (que, particularmente creo, fue algo si no anecdótico en su vida, tampoco fundamental), en demonizar a su apoderado don Jose Flores González «Camará» y a don Alvaro Domecq, intimo amigo del torero, y en su muerte en Linares. Es decir en los aspectos que suscitan más morbo, lo que ya por sí solo retrata a los autores.
Prácticamente todos los libros que hacen especial énfasis en los tres temas señalados podemos decir que están plagados de falsedades, de medias verdades, de frases sacadas de contexto intencionadamente, como decir que Manolete estaba tuberculoso, cosa que hace un conocido y lamentable periodista. Cometen errores de bulto como que el día de la muerte de Manolete Lupe Sino se encontraba en el balneario de Marmolejo, cuando es ampliamente sabido que estaba en Lanjarón (Granada), que al terminar la temporada se pensaba casar con Lupe, cuando la realidad es que a su muerte hacia más de un mes que había roto con ella, como refirió más de una vez su sobrino Rafalito Lagartijo, y algunos allegados a la pareja lo han confirmado. Ahondando en la relación de amor entre ambos hay unas frases de Manolete que dan bastante que pensar al respecto:
a)Estando en el hotel Real de Santander, pocos días antes de su muerte, Manolete le dijo a don José María Carretero «El Caballero Audaz», un crítico taurino: «Le voy a contar algo que pocos saben. Yo estuve locamente enamorado…», a lo que el Caballero Audaz, contestó inmediatamente,…¡si claro, de Antoñita (Lupe Sino)! y Manolete respondió, ¡No hombre, eso es otra cosa! Manolete se refería a una señorita cordobesa, y su contestación de, ¡eso es otra cosa! tiene muchas interpretaciones.
b)El Estudiante declaró a don Filiberto Mira que, en cierta ocasión, Manolete le había preguntado, ¿qué hay que hacer para desenredare de una mujer? Esta pregunta da a entender que deseaba desligarse de Lupe Sino.
c)El banderillero Gabriel González llegó a decir, ¡sabia que esa mujer no estaba enamorada de él!
d)El día 17 de Agosto de 1947, es decir poco antes de su muerte, en un hotel de Toledo, Camará le estaba recriminando que llevaba una vida algo desordenada, a lo que Manolete contestó, ¡le juro que llevo más de un mes sin dar un beso a una mujer!, lo que ratifica el hecho de que había roto con Lupe Sino, tal como refirió varias veces Rafalito Lagartijo.
Nosotros no vamos a opinar sobre la relación amorosa de Manolete y Lupe Sino, en primer lugar porque no tenemos datos fiables para ello, y en segundo lugar porque aunque los tuviésemos tampoco lo haríamos. Eso pertenece a la vida privada de ambos, él torero, ella actriz, y los dos nos merecen gran respeto. Nos interesa Manolete el torero y la persona, porque creemos que fue un grandioso torero y también un gran hombre, respetuoso con todo el mundo, que se rigió por los principios de la verdad, la ética, la dignidad y, en definitiva, la hombría de bien.
Referente a las causas de su muerte se han escrito miles de folios, dando cada uno su versión. Incluso se ha dicho, repetidas veces, que murió a causa de que se le administró un plasma que no era de su grupo sanguíneo, cuando el plasma no tiene grupo sanguíneo (¡que atrevida es la ignorancia!), o que estaba en mal estado. La realidad es que muy probablemente no se le puso plasma sino suero fisiológico que había llevado el Dr. Tamames, y solo dos o tres centímetros cúbicos. El análisis riguroso, serio y lo más objetivo posible, de todos los datos que se tienen indica que Manolete murió de un shock hipovolémico (falta de sangre) y nada más; todo lo que se diga en otro sentido es elucubrar y falsear la realidad por intereses varios.
A aquellos autores que critican con dureza, a veces extrema y sin fundamento, a Camará y a don Álvaro Domecq, solo se les puede decir que ¡allá cada uno con su conciencia! Me consta, sin lugar a dudas, que muchas de las afirmaciones que se hacen en dichas críticas no pasarían los tres filtros de Sócrates: 1º)Verdad, pues aseguro que son falsas: 2º)Bondad, pues no son buenas; 3º)Utilidad, pues no son de utilidad para nadie. Por tanto no se deberían haber difundido, pero como dijimos, ¡allá cada uno con su conciencia!
Digamos que entre todos los libros que se han escrito, y nosotros conocemos, hay algunos bastante buenos y uno excepcional, publicado el año 2013 por don Pedro Ballester Lorca (q.e.p.d) bajo el titulo, «Manolete como un Ciprés», que, con grandísima diferencia, es lo mejor que se ha escrito de Manolete, por su amplia información, su profundidad, su sensatez y su objetividad.
Rafael Comino Delgado