Otra tarde interesante en la que dos toreros rozaron el triunfo. Solo la espada impidió que El Cid y Joselito Adame cortaran una oreja en esta corrida del miércoles de preferia después de realizar buenas faenas a los segundos toros de su lote. El de Salteras y el mexicano dieron la vuelta al ruedo tras protagonizar los mejores momentos de la tarde con una corrida de Las Ramblas que tuvo toros buenos.
FICHA:
Se lidiaron toros de Las Ramblas, bien presentados y manejables en conjunto, sobresaliendo segundo, quinto y sexto.
Miguel Abellán, silencio y silencio.
El Cid, palmas y vuelta al ruedo tras petición.
Joselito Adame, silencio y vuelta tras petición.
CRÓNICA:
Miguel Abellán estuvo animoso con el capote en el recibo al primero de la tarde. El toro no hizo buena pelea y se quiso quitar el palo en los dos puyazos que recibió. Abellán citó desde los medios y ligó una primera serie entonada. En la segunda templó al toro y ligó dejando la muleta en la cara. Después hizo un bonito toreo a dos manos como preludio de otra serie ligada con la derecha y a dos más al natural que incluyeron muletazos de buen trazo. Mató de buena estocada y su labor fue silenciada.
El Cid recibió al segundo con buenos lances ganando terreno abrochados con tres medias. El toro cogió a Alcalareño en el primer par de banderillas junto a las tablas, sufriendo magulladuras pero sin resultar herido. El Cid comenzó la
El quinto salió muy frío y en el recibo de capa de El Cid sobresalió la media. En el primer puyazo el toro pareció despertar y derribó al caballo, cumpliendo también en el segundo. El Cid lo metió en la muleta en la primera serie y ligó tres y el de pecho. En la segunda serie hizo sonar la música y hubo otras dos buenas por ese mismo pitón derecho. También le sacó partido al natural en dos tandas ligadas. Concluyó con una última serie diestra y muletazos de adorno. Dejó un pinchazo hondo en el primer intento y tuvo que descabellar. Perdió la posibilidad de tocar pelo y dio una vuelta al ruedo.
Adame comenzó la faena al sexto con ayudados por alto y después ligó una serie en los medios que caldeó los tendidos e hizo arrancar el pasodoble. El toro en la segunda serie comenzó a salir de la muleta con la cara alta. Cambió de mano y al natural toreó erguido en dos series. Cuando volvió a la derecha subió de nuevo el tono de la faena y remató con bonito toreo a dos manos con trincherazos y pases de desdén. Mató al encuentro y la espada cayó baja, necesitando un descabello. Hubo petición de oreja no atendida y dio la vuelta al ruedo.