Ureña convence a base de temple y entrega, y corta la única oreja en Málaga

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El diestro lorquino Paco Ureña cortó la única oreja de la tercera corrida de abono de la feria de Málaga, una tarde en la que los tres toreros, sin excepción, mostraron una gran entrega para imponerse a una corrida blanda y deslucida de Santiago Domecq.

 FICHA DEL FESTEJO

Cinco toros de Santiago Domecq y un sobrero -el primero- de El Tajo, de escasa fuerza y poco juego.

Paco Ureña: estocada atravesada (ovación); y pinchazo y estocada ligeramente tendida (oreja).

Ginés Marín: pinchazo y otro hondo (ovación); y pinchazo hondo y media (silencio).

Joaquín Galdós: media trasera (silencio); y pinchazo y descabello (silencio).

La plaza registró casi dos tercios de entrada en tarde agradable.

UREÑA, TAMBIÉN EN LA MALAGUETA

Era un cartel con toreros por descubrir por la afición malagueña en según qué criterios. Para Ureña era la primera vez en su carrera que pisaba el albero de La Malagueta y para sus compañeros de cartel era la primera vez pero sólo como matadores de toros.

Paco Ureña recibió a pies juntos a su primero, un toro que no tenía embestidas limpias y que fue devuelto por flojo no sin antes derribar al caballo. Salió en su lugar un sobrero de El Tajo, distraído y sin mucha fijeza, con el que de el Lorca (Murcia), que brindó faena a su banderillero Curro Vivas, se mantuvo firme para arrancar pases muy meritorios de poco eco en los tendidos.

Con el cuarto, toro que quería un poco más de guerra, anduvo Ureña mucho más fino con él, igual que lo estuvo Marín por chicuelinas en su turno de quitas. El murciano aprovechó las facilidades que le brindó la movilidad de su oponente para recetarle unas primeras tandas de mano baja que empezaron a caldear los tendidos, que ya tenía muchas ganas de ver cosas así de buenas.

Ureña lo llevó (al toro) muy templado para no forzarlo, y, poco a poco, se fue haciendo con él para construir una faena por ambos pitones muy del gusto del respetable y del propio torero, al que cada vez se le veía más asentado y disfrutando también de lo lindo.

La embestida por el pitón izquierdo no fue tan franca, pero Ureña se mostró también firme por ahí, con muy buen gusto en la interpretación. Lástima que pinchara antes de la estocada final, quedando todo en una oreja.

Ginés Marín estuvo limpio con el capote ante el segundo de la tarde, un astado flojito en la embestida, con el que el joven diestro mostró buenas maneras en la muleta por ambos pitones. Lo intentó, pero no, el toro no fue el mejor compañero de viaje. Así y todo tanto pundonor fue premiado con una ovación desde los tendidos.

En el cuarto, con el que lució un capote variado y de muy buen gusto, Marín brindó al público su faena de muleta, lástima que el astado durase muy poco, desarrollando un comportamiento bronco y a la defensiva, colándose varias veces con mucho peligro. El joven jerezano no se arrugó en ningún momento en lo que fue una faena muy meritoria que quedó emborronada en la suerte suprema.

Joaquín Galdós, de pasaporte peruano pero de cariños malagueños, estuvo bien con el capote ante su primero. Tras un quite por chicuelinas de Ureña brindó el limeño la muerte del toro a Óscar Plaza, director de la Escuela Taurina de Málaga.

Comenzó bien por naturales, aunque no pudo obligarle mucho al astado para evitar que perdiera las manos. Inmejorables la ganas y el gesto de Galdós que no tuvo ayuda con su oponente.

Cerró Galdós la tarde con otro toro infumable. Lo intentó el peruano con la derecha y con la izquierda pero no había manera de hacer carrera con otro de Santiago Domecq que no servía.

Agencia EFE

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