El diestro Rubén Pinar, que cortó una oreja de cada toro de su lote, abrió hoy la Puerta Grande en el quinto festejo de la feria de la Virgen de los Llanos de Albacete, en una tarde en la que David Fandila «El Fandi» sumó también un apéndice, mientras que Antonio Ferrera se fue de vacío.
El joven de Tobarra volvió a ser un año más profeta en su tierra. Su primero fue un toro que se vino abajo demasiado pronto. Pinar logró muletazos largos y templados en una faena en la que tuvo que acortar terrenos para instrumentar un emocionante epílogo entre los pitones. Certero con la espada, para él fue la oreja.
Y otra más lograría del noble sexto, con el que estuvo francamente a gusto el albaceteño, toreándolo con mucha suavidad, largura y ligazón, sin olvidar el empaque y el gusto que imprimió también en la interpretación sobre ambas manos. La gente disfrutó con el paisano, de ahí que no importara el golpe de verduguillo final para la oreja que le abría la Puerta Grande de «La Chata».
El Fandi fue el primero en descorchar la tarde al cortar una oreja del segundo de corrida, primero de su lote, un toro que tuvo movilidad aunque no acabara de descolgar lo suficiente. El granadino lo recibió con dos largas de rodillas, verónicas también de hinojos y un quite por chicuelinas.
Tras un explosivo tercio de banderillas, Fandila diseñó una labor muy animosa con la muleta, toreando con largura sobre todo por el pitón derecho por donde extrajo un par de tandas perfectamente hilvanadas. Faltó contundencia con los aceros, dando tiempo a que sonada un aviso, pero así y todo logró la oreja.
No pudo, sin embargo, redondear con el quinto, un toro muy reservón, remiso, a la defensiva, sin pasar, incómodo de verdad. El Fandi puso toda la carne en el asador, pero ni así. Silencio en filas.
Antonio Ferrera se marchó de vacío en Albacete. Su primero fue un toro serio pero demasiado atacado de kilos y al que, además, le falto empuje y transmisión en el último tercio. Y fuerzas. El extremeño anduvo dispuesto en una labor en la que no pasó de las cositas sueltas por el derecho. No anduvo fino con la tizona y fue silenciado.
Mejor anduvo Ferrera frente al cuarto, un toro mejor hecho pero con el mismo defecto de la falta de raza y chispa en sus acometidas. Hubo tandas templaditas, compuestas, de cierta torería y gusto en la interpretación, que, sin embargo, no llegaron a calentar lo suficiente. Eso y el golpe de descabello tras una casi entera restaron pañuelos en la petición, siendo finalmente ovacionado.
FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Torrealta, bien presentados, aunque con desigualdades de hechuras, noblotes y bajos de raza en general. Los más toreables fueron cuarto y sexto. El flojo e insulso primero, y el reservón y remiso quinto, por su parte, fueron los más deslucidos.
- Antonio Ferrera, de berenjena y oro: dos pinchazos, estocada ligeramente trasera y descabello (silencio); y casi entera y descabello (ovación tras leve petición de oreja).
- David Fandila «El Fandi», de nazareno y oro: estocada y descabello (oreja tras aviso); y pinchazo, media y descabello (silencio tras aviso).
- Rubén Pinar, de salmón y oro: estocada (oreja); y casi entera y descabello (oreja).
La plaza registró tres cuartos de entrada en tarde soleada, aunque con algunos nubarrones que amenazaban lluvia.
Crónica y Foto de Agencia EFE