Manuel Vidrié: “No se puede hacer más con un caballo, el rejoneo ha tocado techo”

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El rejoneador madrileño hace balance de su carrera y se muestra ilusionado por la puesta en marcha de un circuito de toreo a caballo con su nombre

El próximo sábado 24 de septiembre se celebrará en la emblemática plaza del pueblo de Chinchón la final del I Torneo Manuel Vidrié de rejones.

El propio rejoneador madrileño se acercará hasta Chinchón para disfrutar de esa final que enfrentará a Iván Magro, Duarte Fernándes y Adrián Venegas ante reses de Ángel Luis Peña, Villanueva, Aurelio Hernando, Guerrero y Carpintero, El Retamar y Montealto. Será  a partir de las 18h y será retransmitido en directo a través de Telemadrid.

Antes de esa final, Manuel Vidrié nos ha recibido en su finca en Driebes (Guadalajara) para hacer repaso de su carrera y agradecer el reconocimiento a su figura con el nombre de este certamen.

Comenzó la charla recordando sus doblajes como especialista en el cine en películas como “El Cid” o “El bueno, el feo y el malo” aunque prefiere recordar sus tiempos de rejoneador desde sus comienzos junto a Don Álvaro Domecq. “Yo he sido siempre muy exigente conmigo mismo y era incapaz de ver vídeos de las corridas porque veía muchos fallos aunque hubiera triunfado en Madrid”.

Hablamos con él de la evolución del toreo a caballo y de cómo se convirtió en un revolucionario del rejoneo: “El toreo a caballo era muy campero, yo tenía en mi mente siempre las distancias y tener al toro cerca. Cuando vino Lupi o Moura la gente los respetaba como reyes y yo tenía que hacer algo nuevo para llegar al público y competir con ellos. Mi éxito fue tener los caballos muy domados y si el toro daba 4 pasos yo dar 5 para tenerlo muy pegado”.

Le preguntamos si se puede hacer algo más en el toreo a caballo actual: “Ahora mismo se está toreando como nunca se ha toreado, se están pisando terrenos inexplicables. Antes toreábamos toros de todas las ganaderías y ahora se puede escoger por la fuerza que ha cogido el toreo a caballo. Nacen caballos y yeguas que nacen toreando. Todo es superable pero es que no se puede hacer más con un caballo, el toreo a caballo ha tocado su techo en su perfección”.

Por último aconseja a los tres finalistas antes del sábado: “Van a torear una final y no tienen que llevar una faena hecha, según salga el toro que toreen para ellos y que eso se transmita al público”.

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