Juan Ortega “Es verdad que mi nombre apunta y ahora toca disparar”

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Entrevista a Juan Ortega ante su cita del Domingo de Resurrección en Madrid

Madrid, 16 de abril.-  Como cambian las cosas de un año a otro, es la grandeza del toreo. El pasado año Juan Ortega se jugaba a una carta su futuro más cercano en la tarde del 15 de agosto en Madrid. Sabía que tenía que marcar la diferencia y aprovechó con su concepto del toreo la oportunidad. Unos meses después se ven las cosas de diferente manera y el Domingo de Resurrección hará el paseíllo en Madrid.
 
Te entrevistamos en el mes de julio antes de tu compromiso en agosto y fuiste muy claro explicando de dónde venías y a dónde querías ir. Cómo cambian las cosas.
Cambia la película, sí, acostumbrado a afrontar los inviernos vacíos sin nada por delante, esto es un sueño. Normalmente yo empezaba temporada en agosto y de golpe y porrazo me veo en el mes de marzo con dos tardes firmadas para Madrid y una de ellas un Domingo de Resurrección. Feliz porque además es cierto eso de que cuando un torero da la cara en Madrid, Las Ventas recompensa y se acuerda.
 
Te lo jugabas todo a una carta, salió boca arriba. Viviremos un Domingo de Resurrección con tres toreros jóvenes, con personalidad y con gusto que gusta a la afición de Madrid.
Me ha sorprendido a mí también, cuando me dijeron el cartel dije, que cartel más bonito. Intuía que podía caer bien al aficionado con tres toreros que han tenido buen paso por Madrid, con la ganadería que triunfó el año pasado pero no pensaba que iba a tener la repercusión que está teniendo. Hay muchos aficionados que se van a desplazar de Sevilla teniendo su abono de La Maestranza y eso me ha llamado la atención, es muy bonito que la gente se ilusione con tres toreros nuevos.
 
¿Cuándo llegaste al hotel la noche del 15 de agosto después de torear en Madrid, sabías que iba a valer?
Hombre, yo era consciente de lo que había hecho, había cortado una oreja y eso siempre vale pero es verdad que hay orejas y orejas. Empecé a darme cuenta de las cosas a la mañana siguiente cuando me levanté, empecé a leer algunas cosas, empiezan a llamar, entonces me di cuenta del calado que había tenido la faena. En ese momento estaba disgustado porque al segundo toro no le había podido hacer las cosas y cuando llegué al hotel estaba más cabreado que contento.
 
Esta temporada de momento dos tardes en Madrid, Sevilla está ahí y para el año que viene podría ser… se contempla el nombre de Juan Ortega para las ferias, eso es así.
Es verdad que mi nombre apunta y ahora toca disparar. La que te termina de pegar el empujón es Madrid, todo depende de esas dos tardes de Madrid. Ya el hecho de tener esas dos corridas, con dos ganaderías buenas pues está todo encarrilado.
 
El 15 de agosto es una fecha bonita para torear pero no es San Isidro, ni de público, ni televisión. Hay muchos aficionados que no conocen a Juan Ortega, ¿qué se van a encontrar?
Lo primero intentar llegar lo mejor posible, me refiero a tener la cabeza ordenada, es obligación del torero llegar con todo. Madrid es Madrid y hay mayor presión, por el pedazo de toro que sale y por muchas cosas que te condicionan. Yo lo que me tengo que preocupar es de llegar los más afinado posible a ese día y a partir de ahí, que ayuden los animales y que salgan las cosas bien. Yo demostraré lo que yo siento y lo que hice el 15 de agosto, de ahí para arriba.
 
Partes con un punto de ventaja y a la vez de presión. El público que vaya el Domingo de Resurrección a Madrid quiere ver a Juan Ortega.
Eso lleva dos lecturas. Gran parte del calado que tuvo la faena del 15 de agosto fue también el factor sorpresa porque no me conocía absolutamente nadie, me habían visto torear cuatro gatos y esa sorpresa ayuda mucho y con eso ya no cuento. Ahora cuento con que la gente espera algo de mí y cuando yo como aficionado voy a la plaza y espero algo de un torero, le estoy exigiendo pero le estoy consintiendo porque le espero. Tiene su parte negativa y su parte positiva, el hecho es saberlo aprovechar.
 
Fuiste muy crítico contigo mismo la pasada temporada confesando que si no habías toreado más era por tu culpa. Ahora el estar en dos fechas importantes y que tu nombre genere ilusión, ¿también es culpa tuya?.
(Risas). Al final el toreo depende de la condición del toro pero sobre todo del estado de ánimo de uno mismo. Para sentirse bien con uno mismo depende de muchos factores anímicos, físicos… que la vida te vaya bien. En aquel momento quizás no supe estar a la altura de lo que la situación me requería y cuando las cosas salen bien es porque el trabajo previo va por buen camino, luego sale el toro pero creo que esa parte previa es clave. Decía el maestro Emilio Muñoz: “un torero dispuesto siempre está bien”. Eso resume mucho, puedes ser mejor o peor torero, tener un concepto u otro, pero la disposición depende de cada uno y luego ya vienen los demás factores pero primero tiene que estar bien uno consigo mismo.
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