En una tarde histórica que marcará los anales taurinos de Las Ventas, el 12 de octubre, Día de la Hispanidad, se vivió una jornada de emociones intensas y despedidas memorables.
Fernando Robleño, con la humildad que le ha caracterizado estos más de 25 años de alternativa, recibió el reconocimiento de Madrid, siendo sacado en hombros por la puerta de cuadrillas tras una faena de profundo sentimiento en su quinto toro, al que cuajó magistralmente con la diestra y del que obtuvo un merecido trofeo.
Sergio Rodríguez, en su día de confirmación de alternativa, saludó una ovación en su primer toro, mientras los tendidos de la Monumental se mostraban hasta la bandera, testigos de una tarde que prometía ser especial. Los toros de Garcigrande fueron los protagonistas de una corrida que pasará a la historia del toreo madrileño.
Pero fue Morante de la Puebla quien se llevó todos los honores. En un momento de absoluta magia taurina, el diestro cigarrero desató la locura en el coso venteño. Su cuarto toro, que inicialmente en los lances de recibo en una chicuelina se lo llevó por delante como si fuera un tren sin frenos. Por momentos se mascó la tragedia, pero tras el parón del torero para poder recomponerse del trance, se transformó en el lienzo perfecto para una faena antológica. Con la muleta en la diestra, Morante compuso figuras imposibles, enroscando la embestida en su cintura mientras Madrid rugía rendido ante su torería.
La tarde alcanzó su cénit cuando el de La Puebla, mató de un espadazo perfecto, el público saltó como un resorte en un momento de absoluta emoción. Tras cortar las dos orejas del toro, (por segunda vez consecutiva este año), decidió cortarse la coleta en el centro del ruedo.
Aunque su primer toro no le había acompañado, Morante demostró una vez más por qué es considerado uno de los toreros más geniales de su generación. Con esta actuación, no solo cerró la temporada en Las Ventas, sino que dejó una huella indeleble en la historia del toreo, rompiendo esquemas y desatando la pasión de los aficionados.
Fotos Pablo Ramos













































