Francisco de Manuel, puerta grande y triunfador del V certamen «Camino hacia Las Ventas»

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El novillero sin caballos Francisco de Manuel, alumno de la escuela taurina Fundación el Juli, se ha proclamado triunfador de la quinta edición del certamen «Camino hacia Las Ventas», al cortar dos orejas y abrir la Puerta Grande en la final celebrada esta mañana en el coso capitalino.

FICHA DEL FESTEJO.- Dos utreros y seis erales de Jandilla, segundo y tercero con el hierro de Vegahermosa, bien presentados y de buen juego en conjunto.

El novillero con picadores Daniel Menes, de verde esmeralda y oro: estocada trasera y tendida (ovación tras aviso); y estocada trasera y desprendida (ovación tras aviso).

Alfonso Ortiz, de fucsia y oro, y perteneciente a la escuela taurina Fundación el Juli de Arganda del Rey, : metisaca bajo, pinchazo y estocada chalequera (ovación tras leve petición); y cinco pinchazos y bajonazo (ovación).

El mexicano Alejandro Adame, de blanco y plata, y remates negros, y de la escuela taurina de Madrid: estocada contraria (oreja); y tres pinchazos, estocada y descabello (ovación tras dos avisos).

Francisco de Manuel, de verde manzana y oro, y de la escuela taurina Fundación el Juli de Arganda del Rey: pinchazo y estocada desprendida (oreja); y estocada (oreja).

La plaza registró menos de un cuarto de entrada en los tendidos.

MADERA DE FUTURO

El novillero sin picadores Francisco de Manuel, que hoy cumplía exactamente su octava novillada sin caballos, ha dejado claro en Madrid que, pese a su cortísimo oficio, tiene madera de torero de futuro. Posee muy buenas formas y esperanzadoras aptitudes, que, de momento, ya le han permitido alzarse con uno de los concurso más importantes para escuelas taurinas como «Camino hacia Las ventas».

De Manuel, que acabó saliendo a hombros, ha sido el que mejor nivel ha mostrado en un festejo de ocho astados, ya que, como novedad en este ya tradicional festejo matinal de la Feria de Otoño, un novillero con picadores, Daniel Menes, fue el encargado de abrir la mañana.

Menes estuvo correcto en sus dos faenas, en las que logró muletazos sueltos de muy buen corte, pero en afán de tratar de hacer de todo y no quedarse con nada en el tintero alargó quizás demasiado sus dos labores, haciendo que los tendidos fueran perdiendo, asimismo, el interés poco a poco. Saludó dos ovaciones tras aviso.

Pero ya está dicho que lo mejor y más sorprende de toda la novillada salió de las telas de Francisco de Miguel, que mostró un sólido concepto y un corte clásico en las formas, que hacen presagiar en él un futuro esperanzador. Manejó también con acierto la tizona, logrando una oreja de cada enemigo, que le valió para abrir la Puerta Grande de Las Ventas con todo merecimiento.

Otro novillero en «tocar pelo» esta mañana fue Alejandro Adame, el último eslabón de esta dinastía de toreros mexicanos, representada también por sus hermanos, los matadores de toros Joselito y Luis David Adame.

Alejandro quiso mucho, se mostró muy variado a lo largo de dos trasteos voluntariosos. Cortó una oreja de su primero, y saludó una ovación de su segundo tras manejar con desacierto los aceros.

Precisamente el mal uso de la espada fue lo más característico de las dos faenas de Alfonso Ortiz, que anduvo, igualmente, animoso durante toda la mañana, pero echándolo todo a perder en la suerte suprema.

Agencia EFE

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