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Durante la mañana de hoy se celebró un tentadero de machos de la ganadería de Toros del Ojailen, en la cuidada plaza de tientas de la finca Puerto Pulido, situada en el término de Brazatortas (Ciudad Real) todos los toros estaban herrados con él guarismo del 5.
El novillero madrileño Diego García, fue el encargado de tentar a un bravísimo toro negro listón de nombre «Filipino” , nº 93 guarismo 5, perteneciente a la ganadería de Toros del Ojailen.
El toro que fue pronto al caballo, empujando y recibiendo dos buenos puyazos a cargo de Enrique Gallego. Tuvo mucha duración, fijeza, siempre humillando y queriendo coger la muleta por abajo con prontitud, transmisión y nobleza. Ganando a ley el pasar a ser semental de la ganadería.
Diego García que lo entendió perfectamente desde la salida, le ha dado sus tiempos, haciendole romper hacia delante siempre, llevándolo muy toreado y embebido en la muleta por ambos pitones, componiendo la figura y trasmitiendo seguridad en el trazo. Ha sabido perfectamente llevarlo largo y por abajo, a pesar de su bisoñez tuvo el valor de aguantar algún paron y miradas para terminar toreando a placer y disfrutando su faena con toreria.
Para la familia ganadera de los Gallego-Vazquez ha sido una gran alegría en estos tiempos de pandemia ver recompensado su esfuerzo y trabajo.
El milagro del toreo se cumplió de nuevo, toro bravo encuentra torero valiente que juntos hicieron vivir momentos inolvidables.
El novillero madrileño Diego García, fue el encargado de tentar a un bravísimo toro negro listón de nombre «Filipino” , nº 93 guarismo 5, perteneciente a la ganadería de Toros del Ojailen.
El toro que fue pronto al caballo, empujando y recibiendo dos buenos puyazos a cargo de Enrique Gallego. Tuvo mucha duración, fijeza, siempre humillando y queriendo coger la muleta por abajo con prontitud, transmisión y nobleza. Ganando a ley el pasar a ser semental de la ganadería.
Diego García que lo entendió perfectamente desde la salida, le ha dado sus tiempos, haciendole romper hacia delante siempre, llevándolo muy toreado y embebido en la muleta por ambos pitones, componiendo la figura y trasmitiendo seguridad en el trazo. Ha sabido perfectamente llevarlo largo y por abajo, a pesar de su bisoñez tuvo el valor de aguantar algún paron y miradas para terminar toreando a placer y disfrutando su faena con toreria.
Para la familia ganadera de los Gallego-Vazquez ha sido una gran alegría en estos tiempos de pandemia ver recompensado su esfuerzo y trabajo.
El milagro del toreo se cumplió de nuevo, toro bravo encuentra torero valiente que juntos hicieron vivir momentos inolvidables.
Fotografía: @omsfotografia
