El torero valenciano Enrique Ponce salió hoy a hombros de la Plaza de Toros de Salamanca en el tercer festejo de la Feria con un toreo magistral, en una tarde en la que demostró valía y torería, mientras que Javier Castaño y José Garrido obtuvieron una oreja cada uno.
Enrique Ponce ha pedido a su compañero de terna Javier Castaño que saliera a saludar al inicio de la corrida al reaparecer en Salamanca, su ciudad natal, tras superar un cáncer.
FICHA DEL FESTEJO.- Se han lidiado toros de El Pilar, que han estado bien. Se ovacionó al primero y al cuarto de la tarde en el arrastre.
Enrique Ponce, oreja y dos orejas.
Javier Castaño, ovación y oreja.
José Garrido, silencio y oreja.
Antes de comenzar la lidia, se ha guardado un minuto de silencio por la muerte del ganadero salamantino Alipio Pérez Tabernero.
Saludaron Marcos Galán y Fernando Sánchez en el tercio de banderillas.
La coso salmantino de La Glorieta registró más de media entrada en los tendidos, en una tarde ventosa, pero sin lluvia.
PONCE, MAGISTRAL, Y CASTAÑO Y GARRIDO, CON ACTITUD
Enrique Ponce, que brindó el toro a Javier Castaño, lo que ayudó a ganarse al respetable, estuvo torero, con valentía, sabiendo el terreno que pisa y mostró experiencia y maestría en su primero de la tarde, que estuvo noble y bravo.
Salvó con poderío el viento con naturales sueltos y dos grandes cambios de mano, realzando su lidia, aunque con la espada no estuvo demasiado acertado, que acabó con el toro tras una estocada caída y un descabello, lo que le valió la oreja tras un aviso.
Ante un buen segundo, Ponce hizo una faena magistral, de un gran maestro, sobre todo con su mano derecha, y mató a la segunda, por lo que se llevó las dos orejas del toro, que fue ovacionado en el arrastre.
Javier Castaño reapareció en Salamanca tras su cáncer y lo hizo con un inicio emotivo, ya que brindó al cielo como homenaje a Víctor Barrio, y con un animal que tuvo transmisión.
Sin embargo, y tras buenos muletazos, pinchó con la espada y fue arrollado por el animal al entrar a matar, por lo que tuvo que pasar a la enfermería después de matar al toro al cuarto intento, y consiguió la ovación del respetable.
Castaño sufrió un traumatismo escrotal, en la misma zona donde fue intervenido quirúgicamente por un cáncer, y una rotura de fibras del abductor de su pierna izquierda.
En su segundo, se hizo merecedor de la oreja ante un complicado toro, al que buscó por los dos pitones, y que mató de una buena estocada.
José Garrido llegó a Salamanca con la ilusión de un triunfo pero se encontró con un descastado primero de su lidia, aunque lo intentó por chicuelinas. Con la muleta poco pudo hacer ante el toro que se vino abajo con rapidez, al que mató a la segunda, y fueron silenciados por la afición tanto toro como torero.
En el último de la tarde estuvo muy torero, ante un enemigo complicado, difícil, pero que entendió a la perfección, buscando el pitón adecuado y mató rápido, tras buenas faenas de muleta, por bernardinas, y se llevó una oreja más que merecida.
Agencia EFE