Tres orejas El Fandi, dos El Cordobés y una Manuel Manzanares hoy en Iscar
Los diestros Manuel Díaz «El Cordobés» y David Fandila «El Fandi» han cortado dos y tres orejas, respectivamente, y han salido a hombros en el último festejo de la feria taurina de la localidad vallisoletana de Íscar.
Se han lidiado dos toros para rejones de Samuel Lupi, desiguales, y cuatro en lidia ordinaria de Torrealba, aceptablemente presentados, nobles y dejándose la gran mayoría.
El rejoneador Manuel Manzanares, palmas y oreja.
Manuel Díaz «El Cordobés», oreja y oreja.
David Fandila «El Fandi», oreja y dos orejas.
La plaza ha registrado alrededor de tres cuartos de entrada en los tendidos. EFE
Agencia Efe
ÍSCAR APUNTE HISTÓRICO
Íscar está situada en el extremo sureste de provincia de Valladolid, en el límite con Segovia, entre Olmedo y Cuéllar. En la comarcal CL 602, km (Localización GPS 41°21’41.2″N 4°32’01.6″W 41.361439, -4.533783).
El pueblo se halla enclavado al pie de un espigón de los páramos calizos, sobre el que se asienta su vieja fortaleza. En este lugar elevado, dominando la llanura pinariega surcada por los ríos Cega, Pirón, y Eresma, construyeron los primitivos moradores de Íscar un castro fortificado, datado en el periodo Calcolítico, hacia el año 2000 a.C.
En época romana y visigoda la situación de estas tierras en el itinerario entre Coca y Simancas determinó la existencia de pequeños poblados en pagos como Santibáñez, Villanueva, Prado de Mingo Vela y La Llosa. La historiografía del siglo XIX identificó Íscar con el municipio romano denominado Ipsca o Contributa Ipscense, aunque estudios posteriores se acercan a descartar esta teoría, especialmente alusivo a la etimología del nombre de la Villa.
La primera mención escrita de Íscar tiene lugar en el año 939, al relatar las crónicas musulmanas el camino seguido por las tropas de Abderramán III para destruir los primeros asentamientos cristianos al sur del Duero: “… trasladándose luego a Hins ‘Skr[castillo de Íscar] que fue hallado abandonado, lo arrasaron y asolaron las propiedades de sus gentes…”
La definitiva repoblación cristiana de Íscar tendrá lugar en 1086, tras la toma de Toledo por Alfonso VI, monarca que, según la tradición, encomendó dicha colonización a Álvar Fáñez de Minaya. Así lo cuenta el infante don Juan Manuel en su obra El Conde Lucanor: “Don Alvar Háñez era muy buen omne et muy onrado et pobló a Ixcar, et morava ý.”
La repoblación de la Extremadura castellana, es decir, de los extremos o tierras fronterizas del sur del Duero, se organizó en torno a los llamados concejos de villa y tierra: Íscar, Olmedo, Coca, Cuéllar, Portillo, etc. Al amparo de la villa fortificada de Íscar nacieron los actuales pueblos de su Tierra: Cogeces, Megeces, Pedrajas, Villaverde, Remondo y Fuente el Olmo. Sin olvidar otros que fueron despoblándose en el transcurso de los tiempos: Aldeanueva, Villanueva, Santibáñez, Sancho Sesgudo, Chamartín y Vaciaodres. En el aspecto eclesiástico, al erigirse en el año 1120 la diócesis de Segovia, Íscar y los pueblos de su Tierra fueron incluidas entre sus límites.
Desde su fundación hasta la segunda mitad del siglo XIV, a causa de las continuas luchas nobiliarias, Íscar y su Tierra pertenecieron unas veces a los reyes de Castilla y de León (Fernando III el Santo y Sancho IV), otras a los señores de las casas de Lara y Haro. A partir del año 1371 quedaron definitivamente bajo el poder señorial, al ser donadas por el rey Enrique II a Juan González de Avellaneda, señor de la Casa de Avellaneda.
A mediados del siglo XV, por casamiento de doña Aldonza de Avellaneda con don Diego López de Zúñiga, se integraron en el señorío de los Condes de Miranda del Castañar, al que pertenecieron hasta la supresión del régimen señorial en el siglo XIX. Iscar perteneció eclesiásticamente a la provincia de Segovia y con la reforma territorial y creación de las provincias en el año 1833, Iscar pasó ya a formar parte del actual término Vallisoletano.