Cenicientos con carteles

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Dos Corridas de toros y una novillada sin picadores componen la feria

El empresario Raul Montero, ha organizado la feria taurina de la localidad madrileña de Cenicientos, con motivo de Fiestas Patronales en honor a Nuestra Señora La Virgen del Roble,  compuesta por dos corridas de toros y una becerrada.

Los carteles son los siguientes

Domingo 14 de agosto. Corrida de Toros de la ganadería de José Escolar para Octavio Chacón, Pérez Mota y Juan Carlos Venegas.

Lunes 15 de agosto. Corrida de Toros de la ganadería de Pallarés – Pilar Buendia para José Pérez «Joselillo», Marc Serrano y Sebastián Ritter.

Martes 16 de agosto. Novillada Sin Picadores Novillos de la ganadería de  de Piedraescrita para López Alcarreño (de Nombela), Fernando Castro (de Cenicientos), Daniel Sánchez (de Navas del Rey) y Belén Madrid (de la Adrada).

Cenicientos

Aunque es difícil datar el origen concreto de Cenicientos, es conocida la presencia romana en localidades cercanas, por lo que puede suponerse una primera ocupación del territorio ya en estos momentos. A este mismo periodo, pero ya en fecha mas tardía (s.IV d.C.) correspondería el yacimiento de Piedra Escrita, que sin duda no era el único lugar habitado.

Sin embargo, tras la caída del reino visigodo, el territorio debió ser desocupado, pues aunque es conocida la presencia musulmana en municipios próximos, la ausencia de toponimia mozárabe en esta área parece indicar un abandono casi absoluto de la misma.

Como tantos pueblos de la zona, Cenicientos no debió ser fundado hasta después de la Reconquista cristiana de la zona por Alfonso VI entre 1.081 y 1.085, fecha de la caída de Toledo. Este mismo monarca propició la repoblación de los territorios comprendidos entre los ríos Alberche y Guadarrama.

Cenicientos queda integrado dentro de la Tierra y Señorío de Escalona hasta 1.423 que fue otorgado por Juan II a D. Álvaro de Luna, revirtiendo de nuevo a la Corona a la muerte de éste, siendo posteriormente entregado por Enrique IV a D. Juan Pacheco, que recibió el título de Marqués de Villena en 1.472. Su economía se basaba en la agricultura, la ganadería y la industria artesanal y a esta época nos retrotrae el paso por el municipio de vías pecuarias, como el Cordel del Puente de San Juan o la Colada del Camino Real de Escalona.

En el año 1.633 Cenicientos obtiene el título de villazgo, con el subsiguiente derecho a nombrar autoridades y establecer horca y cepo.

En 1.752 tal y como se desprende del Catastro de Ensenada el municipio contaba con 150 vecinos y 167 casas habitadas.

En el año 1.833 Cenicientos deja de ser un municipio toledano para pasar a formar parte de la provincia de Madrid y ser reconocido como “Villa”. A partir de este momento nuestro municipio comenzó a adquirir protagonismo en la producción y comercio de aceite , vino, embutidos, carne y harina de la zona.

La desamortización decretada tres años después tardó en causar efectos ya que hasta 1.842 no se subastaron las primeras parcelas, tras éstas, el 7% de la superficie municipal cambió de manos, siendo adquiridas más de la mitad por un único comprobador.

Para conocer el origen del nombre de Cenicientos, debemos remontarnos a la época de la Reconquista. Cuenta la leyenda que desde la Corte de Toledo, el Rey Alfonso VIII, solicitó guerreros y armas para la lucha contra los musulmanes. Al preguntar al Alcalde de nuestra villa si podría aportar cien lanzas, éste le respondió: “Con cien y cientos puede contar su majestad”. A partir de este momento Cenicientos dejó de llamarse San Esteban de la Encina para quedar bautizado con su actual nombre.

Al margen de esta versión, otros investigadores  admiten como probable que este topónimo está motivado por el color ceniza de gran parte de su paisaje granítico.

Durante siglos, usos como la agricultura, la ganadería y los molinos harineros han sido la base del pueblo. El viñedo tiene gran tradición y sus caldos pertenecen a la Denominación de Origen «Vinos de Madrid», bajo la cual operan varias bodegas. En octubre se celebra una fiesta para festejar el final de la vendimia, que incluye la tradicional pisada de uva por vecinos y visitantes. También se comercializa aceite de oliva con Denominación de Origen.

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