Da igual quien sea Álvaro de la Calle. No importa si entrena duro, pasa calor, frío, hambre o dolor. Todo eso nos da igual, porque mañana Álvaro volverá a calzarse su chándal para volver a entrenar como hace cada día, preparar cuerpo y mente para cuando se presente la ocasión. Es la rutina marcada de todo torero.
Lo que realmente debería de preocuparnos y no dejar pasar por alto, es que estemos carentes y necesitados de empresarios, comisiones taurinas tanto de Francia como de España, que puedan recompensar y encajar acertadamente en sus ferias a toreros como Álvaro. Perdón por el término expresado: con COJONES, que quieran cruzar la línea de fuego, apostar a grande y cuenten dentro de su ser interior, con ese punto de romanticismo junto con una pizca de rebeldía contra el sistema impuesto. Que quieran jugarsélo todo o nada. Que salgan del armario y se dejen de miedos y presiones. Me falta ese punto.
Sistema que se basa en temporadas casi todas previamente diseñadas en invierno y donde justo unos meses después, allá por el mes de Marzo, empieza la temporada siempre vemos Sota, Caballo y Rey en carteles predefinidos, donde lo que realmente preocupa al empresario es como marcha la venta de entradas o abonos para la feria. No seré yo quien niegue que no los hay, porque haberlos, haylos…como dijo uno.
La cuestión de todo radica en que toreros como Alvaro, con actuaciones tan rotundas como en el festival de Tordesillas el pasado día 18 de septiembre, puso de acuerdo a público y profesionales, dictó una lección del significado de la palabra torería, vergüenza torera, la dignidad y la Fe…que como dice mi querido y buen amigo Francisco Martín Velasco “…el no rendirse jamás...”
Atrás, en tiempos pasados, allá por el 2013 firmaría actuaciones como aquella oreja que cortó a un toro de La Quinta en Gijón por cogidas de Antonio Ferrera y Javier Castaño, o como en Muro (Mallorca) con tres orejas en tarde rotunda frente a los toros de Mercedes Pérez Tabernero.
Por tanto, a toreros como Álvaro y otros muchos no hace falta pedir limosna a ningún despacho, ni mendigar un puesto en un cartel, sino una cosa que falta en la mayoría de todos los ámbitos taurinos: JUSTICIA. Esa que siempre pedimos los taurinos y que tan rara ocasiones se cumple.
Vuelvo a insistir y no quiero ser pesado con la misma retaila, que todo ello dá exactamente igual. Álvaro es un luchador de la vida, y la memoria de los taurinos muy pequeña. Próxima parada 28 de Septiembre en Las Ventas como sobresaliente en mano a mano Miguel Angel Perera y Paco Ureña.