Guillermo Valencia abre la puerta grande

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Guillermo Valencia abre la puerta grande

El de Popayán tomó la alternativa ante dos grandes figuras del toreo y se impuso en la tarde en que se celebró el aniversario número 60 de Cañaveralejo. Manzanares saludó en sus dos toros y Cayetano cortó una oreja.

El niño torero de Popayán cumplió su sueño y de qué manera. No solo se hizo matador en la Plaza de Toros de Cali y ante dos máximas figuras del toreo, sino que en el primer toro de su carrera alcanzó la gloria. Se llama Guillermo Valencia, como el poeta o como el presidente de la república, dos de sus ilustres paisanos. Un matador de toros que en su primera tarde se fue a hombros por la puerta del Señor de los Cristales.

Cali se vistió de goyesca para la ocasión. Un 28 de diciembre de 1957 se inauguró Cañaveralejo. 60 años después la fiesta sigue viva y Colombia encontró un nuevo torero. Se lidiaron toros de otra gloria del toreo colombiano, César Rincón y aunque no fue un encierro redondo, precipitó una tarde con mucho para recordar.

Guillermo Valencia nunca la olvidará. Manzanares le cedió la lidia del primer toro en presencia de Cayetano. Nativo, el toro de Las Ventas del Espíritu Santo fue un auténtico regalo para el debutante. Embistió con nobleza y calidad desde que se asomó a la arena. El torero de Popayán comenzó su faena con cambiados por la espalda, luego citó a larga distancia y el toro se fue tras la muleta como si fuera el mayor objetivo de su vida. No se cansó de perseguirla una y otra vez, el torero se lo pasó alrededor de su cuerpo hasta poner la plaza boca abajo. Cortó dos orejas.

Era apenas el prólogo de lo que parecía ser una tarde para la historia. Pero los cinco capítulos restantes no alcanzaron la misma dimensión. El primero de Manzanares fue devuelto a los corrales, pero el sobrero que lo sustituyó no tuvo emoción. El quinto de la tarde provocó los momentos de mayor tensión. Cuando Manzanares lo toreaba con la muleta prefirió el cuerpo que la tela y levantó al torero que cayó en la arena. Manzanares superó el trance y arrancó apasionados oles del tendido. Saludó ovaciones en sus dos toros.

Cayetano abrevió su faena al tercero de la tarde, entre otras porque el toro prefería buscar las zapatillas del torero que la tela de los engaños. Pero fue con Previsivo, el toro que salió en quinto lugar, donde los quilates de su toreo brillaron con luz propia. No fue una faena de muchos pases, pero los pocos que dio fueron de categoría. El público de Cañaveralejo lo supo entender y se emocionó con la pureza de su toreo. El torero hasta hizo recordar a su padre, Paquirri, cuando toreó mirando al público en los tendidos.

La tarde del aniversario fue para Guillermo Valencia que pudo pasear otro trofeo en el sexto, pero ya era un trámite para su paseo triunfal. El torero de Popayán se fue a hombros por la puerta que siempre soñó cruzar desde que era un niño torero.

Ficha
Cali, Plaza de Toros de Cañaveralejo.
Toros de Las Ventas del Espíritu Santo.

Manzanares: saludo desde el tercio y saludo desde el tercio.
Cayetano: silencio tras aviso y una oreja.
Guillermo Valencia: dos orejas y ovación tras petición de oreja.

Guillermo Valencia tomó la alternativa con el toro Nativo, número 312 con 464 kilos de peso.

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