Triunfo rotundo de Rafael González con el premio de dos orejas que pudieron ser cuatro si no hubiera fallado con la espada. Sus compañeros Ángel Sánchez y David Salvador poco pudieron hacer con un encierro desigual de José Cruz.

Arrancó la Feria de Guadarrama con una calor más propia del mes de junio que de finales de septiembre. El primero de la tarde correspondió al colmenareño Ángel Sánchez, pocas opciones de triunfo presentó el de José Cruz. Con el capote donde el torero lo lanceó por verónicas muy templadas. Con la muleta después de una faena llena de técnica y oficio, el torero estuvo en todo momento muy asentado, demostrando el buen número de festejos que lleva. Toreo de forma larga y profunda con muletazos sensacionales muy por abajo, y mostró ese valor secó que atesora pero sin llegar a redondear la faena. Mató de forma certera y aunque el público pidió la oreja no fueron los pañuelos suficientes para el premio.

Con el segundo del lote, Ángel poco pudo hacer. Un animal inválido que se mantuvo con pinzas en la plaza. Después de haber instrumentado varias tandas muy templadas, y haberse justificado, abrevió el torero con la espada.

Grata sorpresa dejó Rafael González desde el mismo quite ajustadísimo por lopecinas que instrumentó a su primer novillo, las ganas con las que venía a Guadarrama y donde el día anterior había cortado en Arnedo una oreja de peso a un novillo de Conde de la Maza. En el caballo lo dejo prácticamente crudo. Ya con la muleta, el primer golpe de efecto que dio Rafael fue el temple que imprimió al novillo desde la primera tanda por la mano derecha en la que ralentizó y templó la embestida del animal, y donde muchas veces alargó ese medio metro más que el animal no tenía. Siguió toreando de forma magistral al buen novillo de José Cruz, por ambos pitones. Con la espada no estuvo acertado después de varios pinchazos y estocada caída, donde perdió un triunfo rotundo.

Con el segundo animal de su lote, volvió a demostrar el momento que atraviesa este novillero. Brindó la faena a su banderillero José Luís Triviño. Comenzó la faena con muletazos muy toreros, andando hasta llevárselo a los medios. Volvió a repetir otra faena maciza, inteligente, asentada y administrando los tiempos, donde llevo tan largo como templado la embestida del animal. Con la mano izquierda al animal le faltaba un tranco para acabar los muletazos, pero el momento del torero le ponía lo que al novillo le faltaba. Mató de forma contundente, encima del toro, con todo y el premio de dos orejas que pidió de forma unánime toda la plaza. Torero que tiene el “don divino” del temple en las muñecas que junto al concepto de toreo que tiene en la cabeza, ahora mismo es un novillero a tener muy en cuenta.

David Salvador, novillero con menos festejos de los tres, demostró las ganas y la ambición de querer ser torero. Novillero de concepto vertical tanto con el capote como con la muleta, logró instrumentar un buen manojo de verónicas al primer novillo de su lote. Con la muleta se le notó es escaso bagaje de festejos, pero las ganas y el pundonor que le puso a la faena logró conectar con el tendido. Instrumentó varias tandas con la mano derecha llenas de personalidad. Buen novillo colaborador el tercero de José Cruz, noble y con embestidas francas en todo momento que propiciaron al torero cortar una oreja.

Con el segundo novillo de su lote, David estuvo más presionado que en el primero. Quiso hacer las cosas bien en todo momento pero esa falta de recursos y rodaje se notó en varios momentos de la faena. Novillo noble pero con un punto de transmisión que pedía una muleta más firme y poderosas en las tandas. Recibió una fuerte voltereta David de la que salió ileso casi de milagro. Mató de forma efectiva.